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La hacienda se había vuelto un caos apenas se escucharon los gritos de Teodora, las mujeres del servicio corrieron a la habitación hecha un desastre y también gritaron.

No hubo tiempo de explicar el origen del desastre y para antes de que Teodora pudiera salir del shock, el rumor de un ataque a la patrona se había esparcido por toda la casa grande.

Leo salió de su despacho apenas la noticia llego a él, sudaba frio y su piel estaba erizada ¿quién? Se preguntaba una y otra vez ¿quién tenía los huevos suficientes para ponerle una mano encima a su mujer? Entonces el médico del pueblo no tardo en hacer aparición en la casa grande acompañado de su esposa, lo suficientemente asustada por estar "en ese lugar" como para mirar más al rededor.

-¿usted la encontró así?-preguntó el médico mientras el charro negro recostaba transportaba a tn hasta su habitación.

-n-no, ella estaba despierta, estábamos hablando-

-¿te dijo quien la atacó?-preguntó Leo mientras la acostaba en su cama.

-nadie la atacó, ella fue quien destruyó todo-

-me estas diciendo que mi esposa fue quien rompió los espejos, tiro el librero y rompió la mesa de centro ¿te volviste loca acaso?-preguntó haciéndose aun lado para que el médico pudiera revisarla.

-yo misma escuche cuando estaba haciendolo, volvió de su cabalgata enojada. Muy, muy enojada, quien sabe porque-

-dice la verdad-interrumpió el médico-no tiene ningún signo de violencia salvo a sus nudillos-

-ella fue quien se lastimo rompiendo el espejo a puño limpio-dijo Teodora.

-¿y porque mierda haría algo así?-preguntó exaltado

-francamente no lo se, pero lo que sea o quien sea que la hizo enojar... Debió haberla cagado en grande-dijo Teodora.

-señor-hablo Leo-creo que deberíamos dejar qué mi esposa la revise a puerta cerrada-y solo entonces la mujer de risos castaños levanto la mirada.

-¿porque?-preguntó

-creo que este es un asunto de mujeres-mito a su mujer-querida-y ambos cambiaron de lugar-venga patrón, le explicare afuera-y ambos salieron dejando solo a las mujeres en la habitación del charro negro.

-¿qué le pasa a mi esposa?-

-su vientre, se siente duro podría ser por dos cosas... O es un tumor-Leo contuvo un grito-o es un bebé-

-¿un bebé? ¿Me dice que mi mujer podría estar embarazada?-

-algo así, aunque también podría ser la primera opción, ese veredicto lo dará mi mujer, es experta en cuanto a las cosas de mujeres se refiere-

-¿y cuanto tardaría en decirnos?-

-calculo que... Unos cuantos minutos-

Y fueron en total 20 mintuos los qué ambos hombres esperaron afuera, fue cuando la puerta fue nuevamente abierta por Teodora qué ambos entraron para así encontrar a la mujer del doctor, cubriendo a la dama de negro con las sábanas y acomodando las almohadas para la comidodad de la inconsciente mujer.

-¿y bien?-preguntó el médico-¿qué dices?-

-qué los patrones deberían empezar a pensar en nombres, la patrona esta embarazada-y los ojos de Leo brillaron.

-hablas en serio?-preguntó temeroso de que todo fuera una mentira.

-felicidades patrón-ella sonrió.

-dios mio-exclamó Teodora al borde de las lágrimas-¿c-cuanto tiempo?-

-calculo que cuatro o cinco semanas-

casada con el charro negro. (primera Parte) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora