𝐹𝑒𝑙𝑖𝑐𝑒𝑠 18 𝑃𝑟𝑖𝑚𝑎𝑣𝑒𝑟𝑎𝑠

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Odio tener que correr en tacones y más si es en el tráfico característico de Nueva York.

-iCorre! -me grita Emma para que crucemos la calle- esto es un completo asco, pensé que no habría tanta gente hoy.

-Dímelo a mí, estos tacones me están matando -admito- ¿dónde están los demás?

Volteo a todos lados pero no veo a mis amigos, el vuelo se tardó un par de horas pero Emma insistió en que me viniera ya vestida desde casa ¡llevo horas en estos tacones!

-Entremos, les mandaré un mensaje para que nos encuentren -propone y caminamos a la entrada de la disco.

Un enorme hombre de color nos recibe, es el guardia pero nos deja entrar enseguida, creo que esto de traer ropa provocadora ayuda mucho.

-Pidamos unos cócteles -propone y asiento.

Todo está a reventar, pero agradezco que no esté tan lleno y podamos pasear libremente. El barman nos da nuestras bebidas y buscamos una mesa.

-¡¡¡Oh por Dios!!! -grita emocionada- ¿Ese es Maluma? -volteo a donde señala- ¡Es Maluma!

Lo miro unos segundos, está rodeado de chicas, creo que ya está ebrio, sus guardias lo cubren para que nadie entre a la zona V.I.P y le hagan fotos.

-¡Ese condenado esta como quiere! -lo saborea- podría ir pero ya sabes, no me gusta opacar a las demás -rio ante su comentario, ella no quiere ir porque bien sabe que la echaran de aquí.

-Los chicos ya se tardaron.

Miro la hora ¡las diez pm!

Kichiro y Justin aparecen minutos después, nos han dicho que el guardia no los dejaba pasar pero que al final lo convencieron.

-¡Feliz cumpleaños, Margot! -me abraza Kichiro seguido de los demás- he dejado tu regalo en el hotel pero...

-¡Kichiro! ¡Goloso! -grita Emma con picardía.

-iNo es lo que piensas! -se defiende avergonzado mientras sus mejillas se tiñen de rojo.

-Emma no empieces -me ruborizo igual.

-Vamos, Chicos, no sean aburridos si yo fuera ustedes ya me hubiera ido al hotel hace horas para ver que tan bueno es el regalo de Kichiro-ambos nos ruborizamos aún con su comentario- vamos a bailar, Justin, estos niños necesitan privacidad.

El castaño y la pelinegra salen juntos a la pista.

«Emma por favor cállate»

-Y... yo... lo siento -decimos al mismo tiempo haciendo que nos pongamos más rojos aún.

-No, fue mi culpa, no debería decir cosas así frente a Emma -se disculpa Kichiro avergonzado.

-N... no te preocupes, ella debería aprender a no decir ese tipo de guarradas -levanto la cabeza viéndolo por un segundo para después desviar rápido la mirada.

Ambos reímos y seguimos bebiendo. Las horas pasan y no dejamos de bailar, los chicos han desaparecido pero conociéndolos apuesto que están con algún galán en algún rincón de aquí.

-Son las cuatro -anuncia Kichiro un poco ebrio.

-Deberíamos irnos -digo arrastrando las palabras- ¿Y los chicos?

-No te preocupes por ellos -sonríe y juntos salimos.

Esperamos nuestro taxi que nos lleva al hotel, estoy a una respiración mas de quedarme dormida.

-Hemos llegado -anuncia el chófer- son treinta dólares.

-¿Treinta? -pregunto sorprendida.

-Ha esta hora se cobra más, señorita.

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⏰ Última actualización: Jun 06 ⏰

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Él mejor amigo de mi padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora