A mi Yo Sombra

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Asi me siento,
Solo, desolado,
Con la arena caliente en las manos.
Mi rosto al suelo
y el paso cansado.
Podria correr
o gritar a todos lados,
pero no cambia el hecho
de no sentir a nadie a mi lado.

El sol quemando mi espalda.
La vida esta apretando.
Mi sombra se detiene,
me mira y me habla.
Me dice que me acerque,
pero antes de analizarlo
ella me agarra y ya me esta abrazando.

Y siento su calor, tan nuevo, pero tan familiar y cercano.
Pienso que estoy delirando.
Es un calor tenue y refrescante que me hace sentir a salvo.

Ella tiene una silueta firme, pero suave al tacto.
Con una fragancia de vida,
que juro que conozco y ya me esta asustando.
Y me estremece pensar de momento: de donde salió y de donde nos conocemos.

Recobro las fuerzas
y de vuelta me levanto.
Regresando la cordura
y siguiendo mi paso.
Pero me invade un sentiniento,
de culpa y rechazo.
Me detendo y me concentro en lo que estaba pensando.
Antes de la alusinación
y previo colapso.

Solo en este desierto
Sin nadie a mi lado.
La vida me patea
en la cara y los costados.
No puedo levantarme.
Nadie puede ayudarme.
Se me rompe el corazón,
de tanto esforzarme.

Me da vueltas la cabeza por este desastre.
Gritos en mi interior puedo escuchar asecharme.
Soy una presa
de una bestia con hambre.
No aguanto mas,
estallo a llorar,
sintiendo que ahora si me voy a desmayar.

Sumergido en llanto,
solo las lagrimas
humedecen mi cara y mis labios.
Las escucho sobre la arena
caer y evaporarse de inmediato.
Entonces la veo otra vez,
observo como se me queda mirando.

Ella me reconforta,
recibiendo mis lágrimas ahumeantes.
Me susurra al oido
"gracias por crearme,
por caer al suelo,
por quebrarte
y sentir la muerte
de todo lo que conociste alguna vez arder y en el aire elevarse."

Se abren mis ojos y mi alma,
siento mi propia compañia,
que por siempre me esperaba.
Ansiando el momento
en que al fin la encontrara.
Que me diera cuenta que siempre estuvo conmigo.
Que junto a mi esperaba
y me seguía a todas partes
para ver si la notaba
aunque quisiera escapar
y enfocarme en la nada.
Buscando la compañia de los demás
porque era lo que me llenaba,
moria por dentro
y ni cuenta me daba.

Hasta que la vida ardio
y al desierto me arrojó
fue cuando por fin he realizado
que solo no estoy,
porque tengo la compañia que siempre he anhelado.
Ella tanto me quiere
que sobre sus hombros me ha llevado
y toda su lealtad solo a mí me ha obsequiado.

Poemas OscurosWhere stories live. Discover now