IRA - ZeeNuNew

19 - Zee - 19

Los cinco nos paramos afuera de la entrada al inframundo, envueltos en la oscuridad del bosque en las afueras de la tranquila ciudad costera. Había muy pocas formas de entrar en el reino de los inmortales sin que nadie se diera cuenta, pero Mew había encontrado una grieta en las defensas que nos permitiría entrar discretamente.

Todavía no había liberado a Ira, pero lo sentí deslizándose por mis venas. Esperando. A veces me sentía como el Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Cuando Ira se hacía cargo, ya no era yo. Realmente No.

—No tienes que hacer esto, Zee, —dijo Gulf, la preocupación en su tono era tangible.

—Ya hemos hablado de esto.

—¿Y qué pasará cuando termine la pelea? —preguntó. —Mew se vio obligado a arrojarte a una jaula la última vez y casi te mata. Me niego a verte morir.

El dolor que atravesaba su voz causó un dolor sordo en mi corazón, pero mi decisión estaba tomada.

—Entonces mira hacia otro lado.

Me aferré a la esperanza de poder recuperar el control cuando llegara el momento. Una vez que NuNew estuviera a salvo y de regreso en mis brazos, creía que calmaría a Ira, tal como lo hacía cada vez que mi humano estaba cerca.

¿Era una apuesta? Definitivamente. Pero la frustrante verdad era que la ira me hacía más fuerte. Y haría todo lo posible para salvar a mi pareja destinada.

—Kon llegará pronto, —dijo James.

El vampiro apareció momentos después, entrando en el pequeño claro. Sus ojos morados brillaban débilmente en la oscuridad de la noche.

—Siento llegar tarde. Necesitaba pensar.

—¿Acerca de qué? —Pregunté.

—Bueno, si voy contigo, será un acto de guerra entre los de mi especie y los demonios. Todos ustedes saben que me preocupo por ustedes. Pero creo que es mejor que me mantenga neutral en esta lucha. No puedo arriesgar la seguridad de mi gente.

Apreté los dientes.

—Fue uno de los tuyos quien entregó a mi hermano a los demonios. ¿Eso no es tomar partido?

—El vampiro en cuestión ha sido tratado, te lo aseguro, —dijo Konnar. —Me enorgullezco de ser un refugio seguro para todos los seres. Mi club está abierto a todos. Demonios incluidos.

—Pensé que eras nuestro amigo. Pero tu…

—Tiene razón, —dijo Gulf, poniendo una mano en mi brazo justo cuando di un paso hacia el vampiro. —Esta no es su pelea. No podemos pedirle tal cosa.

—¿Por qué viniste, entonces? —Preguntó Noeul en un tono venenoso.

—Para darte alguna información, —respondió Konnar. —Pregunté al vampiro que traicionó a tu hermano. ‘Cuestionarlo’ era una forma amable de explicar lo que le hice. Me dijo que los demonios le ofrecieron ciertas garantías si ayudaba a capturar a uno de ustedes.