Floriografía Avanzada

Florecer

Hubo un cambio en el aire cuando regresaron a Gran Bretaña. Eran más conscientes el uno del otro y también estaban más cómodos el uno con el otro. Los problemas menores molestaban menos a Severus; tal vez porque ya no temía que Hermione lo dejara una vez que recuperara a sus padres. Hermione también estaba más tranquila ahora que ya no temía que sus padres la abandonaran una vez que ella les devolviera sus recuerdos.

Crookshanks había estado muy mimado bajo el cuidado de Luna durante dos semanas, y fueron necesarios muchos sobornos antes de que se dignara a permitirle a Hermione sus habituales abrazos y a Severus que le rascara detrás de las orejas.

También tuvieron que adaptarse a tener un gato nuevo. Crookshanks había aparecido un día con una gatita negra como el hollín, y estaba claro que ningún argumento haría que la gatita se fuera. La gatita pronto recibió el nombre de Hécate porque también era en parte Kneazle y extremadamente traviesa y propensa a hacer travesuras mágicas, y también porque era mágico cómo el viejo y hosco felino la adoraba.

Era extraño regresar a sus vidas después de un tiempo fuera, pero se sentía bien regresar a su cabaña, trabajar y ver a sus amigos. La vida continuó.

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Pasó el tiempo. Hermione y Severus visitaron a sus padres nuevamente en Pascua y su relación mejoró.

Ron dejó su trabajo con los Aurores y abrió un gastropub llamado Weasley's, que servía interpretaciones modernas de la cocina de su madre, así como otras comidas eclécticas. Uno de sus platos que Severus encontró particularmente desconcertante era: "cerdos en manta*" hecho de tres maneras, con las salchichas envueltas en tocino, hojaldre y repollo.

En otro giro sorprendente de los acontecimientos, Ron comenzó a salir con Dudley, quien resultó ser un joven decente que ahora trabajaba como boxeador semiprofesional.

"¿Entonces decirme que parecía un chico muggle fue un cumplido?" Hermione preguntó secamente.

"¡Sí!" Gritó Ron, aliviado. Bien, entonces.

Luna era aprendiz de un magizoólogo, pero aún así tenía tiempo para enviarle a Hermione largas cartas ilustradas desde cualquier parte del mundo a la que fuera. Hermione atesoraba cada palabra e imagen, incluso si se cuestionaba la existencia de algunas de las extrañas criaturas.

Draco se convirtió en informante del Ministerio, aprovechando su imagen de socialité ambiguamente reformado y cumpliendo con los deberes de heredero Malfoy durante el día, y ocasionalmente siendo valiente para obtener información sobre nuevos movimientos puristas de sangre por la noche.

El tiempo pasó y el amor de Severus por Hermione floreció como el jardín que cuidaba en su tiempo libre, aparentemente para obtener ingredientes para pociones pero lleno de flores para ella.

Una cosa era enamorarse en la desesperación de la guerra y otra aprender a vivir y amarse el uno al otro en tiempos de paz, cuando los mayores desafíos para vivir bien eran sus propios demonios.

Visitaron a los Potter nuevamente en Halloween, y este año dolió un poco menos que el anterior.

1999 se convirtió en 2000 y el mundo no se acabó, a pesar de lo que Trelawney intentó decirles cuando visitaron Hogwarts. Severus tomó eso como una señal tan alentadora como cualquier otra de que tal vez el mundo continuaría sin terminar en absoluto.

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Era un frío día de primavera cuando destruyeron la piedra de la Resurrección. Lo hicieron en una zona protegida de su jardín, lejos del manzano y de las flores que plantaron.

Severus no podía creer que al final, la solución para destruir la piedra de la Resurrección fuera tan simple. Todo lo que tenía que hacer era clavar la Espada de Gryffindor en la grieta que ya estaba en la piedra y golpearla contra una roca dura. Trató de no pensar demasiado en el hecho de que un día la Espada de Gryffindor había aparecido en su estudio y se había negado a irse.