Por alguna razón (Lucifer x T/N)

Capítulo 30

"Una verdadera razón"

— Lo siento. — Exclamó con tristeza, agachando la mirada para evitar ver a toda costa a la chica que había jurado proteger y a la cual le había fallado rotundamente.

Lo miraste sin entender durante breves instantes, hasta que tu mente se aclaró de la confusión.

— ¿Ellos no aceptaron...? — Más que una pregunta lo habías dicho como una afirmación, pues estabas casi completamente segura de ello.

— Trate de explicarles, pero la mayoría se negó a ayudarnos. — Comenta. — Hubo una votación y solo un por quisieron apoyarnos, sin embargo la mayoría decidió que esto era problema nuestro y no de ellos.

Tus labios tiemblan un momento mientras tus manos se aprietan en puños hasta mostrar tus nudillos blancos.

— ¿Y qué haremos entonces? — Te atreves a preguntar.

Tenias entendido que solo habían dos posibilidades para librarte del contrato con Alastor. Y por muy impresionante que fuese, obtener el favor del cielo era la opción más fácil y probable.

— No lo sé. — Lucifer admite. — No lo sé... yo... no lo sé.

Lucifer toma la cabeza con ambas manos, pareciendo empezar a sufrir una jaqueca.

— Carajo... ¿Qué haremos? — Murmura, sin intenciones de que lo oigas pero siendo demasiado ruidoso en el intento. — ¿Qué mierda voy a hacer?

— Lucifer... — Llamas, empezando a cerrar y abrir tus puños con nerviosismo mientras piensas en cómo le dirás lo que tienes en mente. — Creo que deberías matar a Alastor...

— Eso haré, pero primero necesitamos encontrar otra manera de anular ese maldito contrato. — Informa, empezando a caminar en círculos: manía que había adquirido y que hacía muy a menudo cuando estaba estresado.

— Lucifer... — Vuelves a llamar, tratando de que el monarca te escuche. — Creo que es mejor perder un alma que cientos de ellas.

— ¿Qué tratas de decir? — Interroga, deteniéndose en seco para verte con ojos entrecerrados.

— Yo no es que esté muy encariñada con la gente del infierno... pero así como existe gente mala, seguramente hay algunos buenos. — Te muerdes la lengua mientras tratas de explicar tu punto. — Con la inmunidad que tiene Alastor, incluso Charlie está en peligro... así que... yo creo que mi propia vida es un pequeño precio a pagar para salvar a Charlie y a esas pocas personas buenas.

Terminas de explicar y ves a Lucifer atentamente, analizando sus reacciones. Captas tenues movimientos en el monarca, hasta que empieza a negar lentamente.

— No... no es un pequeño precio a pagar. — Comenta antes de seguir dando vueltas en círculos.

— Lucifer. — Llamas, pero eres ignorada olímpicamente por el monarca. — Lucifer... ¡Lucifer!

— ¡Que no! — El grito del ángel te sorprende y su mirada llorosa te hace temblar un poco. — No es un pequeño precio, TN... Un alma por cientos de ellas. No. Ninguna otra alma vale para mi lo que tú haces.

Las palabras de Lucifer son reales, sinceras. Vales mucho para él, pero aun y escuchándolo no aceptas ese valor de ti misma.

Quieres replicar, hacerle entender que es mejor asegurar su reino y a su hija que tomar un camino inseguro para salvar una alma que a tus ojos no vale lo que aquellas dos cosas.

— ¡Debes priorizar tu reino!

— ¡Al carajo con el infierno! — Gruño enojado. — Solo está lleno de imbéciles.