capitulo 13: Un futuro contigo

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Marinette:

-Tikki... - seguí llorando y perdiendo aire. Mi kwami solo pudo permanecer a mi lado en silencio y estaba agradecida por el momento.

De repente escuché como alguien estaba ingresando una llave a mi puerta, mi corazón se detuvo por un momento. Tikki se fue en cuanto escuchamos el ruido y me levanté del suelo.

¿Podría ser él? Pero él siempre anuncia antes de entrar, esa era la regla de oro. O quizá era Alya, ella tenía una llave para cualquier emergencia, mi corazón se desmoronó al creer que es ella y no Adrien.

Y entonces ahí, en ese momento en el que ingresó esa persona, me rompí, no era Alya. Me pellizqué para ver si era un sueño, pero no era así.

Tenía un peinado distinto y ropa que jamás usaría él como algo casual. Un traje muy bonito, pero tenía un toque inglés.

-Mi amor - aventó las llaves al sofá y corrió a mí - Marinette, oh por dios - él también empezó a llorar y se arrodilló para abrazarme. Estaba aquí conmigo - Marinette... - su voz se escuchaba entrecortada.

Lo aparté bruscamente y él se sorprendió.

-¿Qué... Qué está pasando? - lo golpeé en el pecho con la revista y él bajo la mirada al objeto.

-Es... Es por esto que me he escapado - sonrió y lo miré con enojo - Marinette... Mi padre quiere que me case con Kagami.

-¿Y lo harás? - contesté de inmediato, tenía miedo. ¿Todo terminará así? ¿Vino para terminar conmigo? Mis lágrimas solo salían cada vez más y más.

-Tengo que hacerlo - solté un gemido de dolor - pero solo si tú me lo pides - ¿Cómo? - mi amor... Mi padre va a perjudicarte en la carrera si no lo hago, sin embargo estoy aquí para que sepas que haré lo que tú me digas que es lo mejor - tomó mis manos y me levantó del piso con él.

-¿Yo?

-Puedo no casarme y seguir contigo, pero no será fácil tu camino en la industria, no quiero ser el motivo por el que no puedas crecer - un miedo surgió con ello, ¿Cómo podría salir adelante si el señor Agreste me sabotea? - Marinette, cualquier cosa que elijas... Yo siempre haré lo que sea mejor para tí. También puedo casarme y dejar que tú te hagas fuerte para que mi padre ya no pueda influir en tí.

-¿Casarte? Adrien, estás loco.

-No, no lo estoy, estoy dispuesto a casarme y esperar a que estés arriba.

-¿Y verte a lado de alguien más crees que me hará sentir tranquila?

-No...

-Es una estupidez eso.

-Lo sé, lo sé... Pero no puedo ser egoísta y ponerte en una situación complicada, no puedo ser la razón por la que tus sueños se vengan abajo, sé cuánto te apasiona el diseño...

-No te cases - lo interrumpí, ví su cuerpo temblar - no me importa lo que pueda hacer tu padre, lucharé y trataré de esforzarme para deslumbrar a otros diseñadores o a la gente, me esforzaré... Siempre y cuando estés a mi lado.

-¿Segura que no te arrepentirás?

-Prefiero tenerte a mi lado y luchar, a luchar sola y verte con alguien más... No podría soportar ver cómo te enamoras y me olvidas.

-Eso sería imposible... Siempre iré tras de tí, siempre estaré pendiente de como estás y buscaría la forma de mantenerte al tanto de todo - me besó y despues nos abrazamos con fuerza. Adrien estaba aquí, él me buscó para encontrar una solución.

Por supuesto que estaba aterrada, sin embargo prefiero esto a verlo en el altar, me habría roto si eso hubiera pasado.

-Quedate - murmuré y él asintió.

-Lamento hacerte esto, debí haber venido antes de que vieras esa revista.

-No te niego que sentí muchas inseguridades, ¿Porque no me dijiste nada hace dos noches?

-Yo también acabo de enterarme - rió - justo cuando llegué a la mansión después de verte en el hotel, no había manera de que pudiera contactarte - sacó su teléfono y lo desbloqueó, sin embargo solo podía acceder a contactos, entró ahí y solo estaban registrados 3 números. Le quité el teléfono y traté de marcar mi número, pero se borraba en cuanto intentaba llamar - lo mismo es en mi laptop y ahora tengo más guardaespaldas.

-¿Entonces como es que estás aquí?

-Félix.

-¿Fe-Félix? - ¿Quién era él?

-Es un primo ¿Recuerdas que te conté que mi mamá tenía una gemela? - asentí - mi tía Amelie tiene dos hijos, y uno de ellos es unos meses menor que yo, sin embargo es muy parecido a mí - ¿Eso podía ser posible? - llegó esta tarde y me ayudó a escapar de la mansión sin ser descubierto, ahora mismo él está fingiendo ser yo - sonrió y apartó un mechón de mi rostro - Honestamente ya había hablado con Kagami ayer, iba a casarme ya que no había manera de saber que querías, y no podía arriesgar tu felicidad por la mía.

Apreté su sacó y hundí mi rostro en su pecho.

-También formas parte de mi felicidad. Te hubiera odiado si hubieras hecho eso.

-¿En serio? - asentí... Aunque no sabía si lo decía en serio - Marinette... Mi plan era divorciarme en dos años y buscarte... ¿Hubieras esperado por mí.

-No...

-¿No?

-¿Por qué tendría que esperar  a alguien que me traicionaría? Te amo, pero nunca perdonaré algo así. Tú y yo no hubiéramos regresado - Adrien agachó la mirada y se alejó un poco.

-Entiendo - sonrió sin ganas y se sentó en el sofá - creí que sí lo harías.

-Si yo me caso con alguien sin darte una explicación, ¿Que sentirías? ¿Qué pasaría por tu cabeza? - Adrien evitó verme y suspiré.

-Que tal vez no fui lo suficiente para tí - lo tomé de las mejillas y sus ojos se cruzaron con los míos - estaremos bien ¿Verdad?

-Siempre y cuando me digas todo y no tomes una decisión por ambos - asintió y lo besé.

Me senté en sus piernas y me acurruqué en su pecho. Me sentía tranquila y aliviada que estuviera aquí.

De repente ese momento fue interrumpido ya que tocaron a mi puerta, ambos nos levantamos y abrimos, ahí estaban mis amigos, con una expresión confundida.

-¿Qué ha ocurrido?

Adrien y yo nos miramos y los dejamos entrar a todos para darles una explicación.

-Adrien, no sabía que estarías aquí ¿Por qué no has contestado mis mensajes? - Nino le pegó con suavidad en el brazo y Adrien se encogió de hombros, debíamos explicarles la situación ya que yo, por estar alterada, no pude darles detalles por teléfono.

Continuará.

Sí... Aquí Félix no será el Félix que se conoce en la otra historia,  y Adrien y Marinette pudieron hablar.

un susurro de valentíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora