La investigación en la universidad comenzó a acercarse a la verdad, pero Mirko, Lucille y Jareth se mantuvieron unidos en su propósito. A medida que compartían más tiempo juntos, los lazos entre ellos se fortalecían al igual que su confianza.
Una noche, después de una intensa jornada de búsqueda, los tres se reunieron en el apartamento de Lucille. Las luces tenues y el ambiente íntimo creaban una atmósfera cargada de tensión. Sentados en el sofá, comenzaron a discutir sobre los recientes avances en el caso.
"Creo que los policías están más cerca" dijo Lucille, su voz firme pero cargada de preocupación. "Dicen que han encontrado pistas que marcan un patrón, pero aún no tienen suficiente para señalar a alguien en particular."
Mirko, observándola, asintió. "Debemos seguir adelante, sin bajar la guardia. No quiero perder a ninguno de usted"
Jareth, sentado junto a Lucille, miró a Mirko con una mezcla de admiración y desconfianza. "¿Y si estan buscando en la dirección equivocada? ¿Y si el responsable está más cerca de lo que pensamos?"
La pregunta quedó en el aire, y Lucille sintió un escalofrío recorriendo su espalda.
El silencio se rompió cuando Mirko se acercó más a Lucille, tomando su mano suavemente. "Lucille, confío en que encontraremos al responsable juntos. Debemos mantenernos unidos."
Lucille, sintiendo la calidez de su toque, asintió lentamente. Mirko se volvió hacia Jareth, y extendió su mano. "Jareth, sé que es difícil, pero necesitamos confiar el uno en el otro. No podemos permitir que las dudas nos dividan."
Jareth miró la mano extendida de Mirko y, después de un momento de vacilación, la tomó. "Estamos en esto juntos," dijo, sus ojos fijos en los de Mirko.
El vínculo entre ellos se sellaba cada vez más. Esa noche, el triángulo amoroso alcanzó nuevas profundidades. Mientras compartían miradas y caricias, el deseo y la tensión se intensificaron. Los tres se encontraron en una danza de emociones, uniendo sus almas y cuerpos en un pacto de confianza y pasión.
