Capítulo 11

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El cuerpo me duele, las luces me están cegando y apenas puedo escuchar el pitido de una máquina. Al mirar hacia mis costados puedo ver que estoy en el hospital. Intento enderezarme pero algo sujeta mi cuello, impidiendo ver todo con claridad. La puerta se abre y ver a Ethan una vez que se acerca a la cama para tomar mi mano, dejando un ramo de flores sobre la mesa de noche.

—¿Qué es lo que pasó?— apenas logró balbucear, siento la garganta muy seca.

—Tuviste un accidente, ¿no lo recuerdas? —

—Lo último que recuerdo es haber ido hacia el supermercado—. contestó a duras penas, antes de que pueda decir algo más, la puerta vuelve a abrirse, entra una doctora y Jack a su lado.

—Emma ¿Cómo te sientes?— me pregunta la mujer con bata blanca mientras sujeta una planilla.

—¿Y tú qué haces aquí?— Jack se sorprende al ver a Ethan a mi lado.

—Estoy cuidando a Emma, ¿tú qué haces aquí?— contesta Ethan, no puedo creer que van a empezar una pelea mientras yo estoy postrada en una cama, intenté mover mi brazo para agarrar la camisa de mi amigo, pero no alcanzó. La doctora debió leer mis ojos en busca de ayuda y se interpone entre ellos.

—Ustedes dos, necesito que salgan de aquí. Tengo que revisar a Emma—. Ambos me miran y creo que se dan cuenta de lo que estaban por hacer así que sin desobedecer salen de la habitación quedándose en el pasillo.

—¿Qué es lo que me sucedió?— le pregunto a la doctora.

—Emma... casi perdemos al bebe.— confiesa agachando un poco la cabeza —Y casi te perdemos a ti, sufriste una contusión en la cabeza, es un milagro que hayas despertado tan pronto.—

Me quedo inmovil, casi muero. Alguien intentó hacerme algo y se perfectamente quien pudo haber sido. Me queda claro que con Katherine no se juega y es muy peligrosa.

Cuando la doctora termina de chequear todos mis sentidos y examinar mi cuerpo deja entrar a Ethan y Jack, que corren en mi dirección.

—Casi... mi bebe...— tartamudeo todavía en shock.

—Pero no fue así, ambos están bien— me interrumpe Ethan mientras acaricia mi frente.

—Dale gracias a dios que ambos están bien y que la ambulancia llegó enseguida.— comenta Jack en un tono algo molesto. —¿Qué es lo que pasó por tu mente al dejarla conducir un auto?— cuentiona.

—Fue a comprar comida.— contesta Ethan chocando sus dientes.

—Y mira como termino, por tu culpa casi pierdo a mi hijo.

—Eso es todo lo que te importa, ¿verdad?— Ethan rodea la cama quedando frente a frente con Jack. — No te importa haberle jodido la vida, no te importa que es lo que ella quería, no te importo un carajo.— Ethan aprieta los puños y las venas de su cuello se marcan, dejándome ver que es una mala señal.

—Emma aceptó llevar a mi hijo, le prometí hacerme cargo de su educación y que nada le haga falta.— réplica Jack —Jamás en mi sano juicio dejaría que vaya sola a hacer las compras, porque nunca habría necesidad de salir casi a media noche a comprar un maldito paquete de sushi.— ambos están muy cerca y apenas puedo moverme o hablar para impedir que se maten a golpes.

—¿Qué es lo que quieres decir?— la voz de Ethan me asusta.

—Que eres un maldito hijo de puta..— finaliza Jack y en un reflejo veo a Ethan abalanzarse contra él rompiendo la persiana.

—Basta...— susurro pero es en vano. Ahora están tirados en el suelo mientras se reparten puñetazos, con las fuerzas que me quedan me inclinó para agarrar aquel carro donde cuelga mi suero pero falló. ,Me termino cayendo al suelo pero en su nivel de locura ellos ni se percatan.

Me arrastro por el suelo hasta encontrar el botón que llama a las enfermeras, lo tomo con mis manos y mantengo mi dedo presionando aquel botón.

Ethan está arriba de Jack y no para de decorarle la cara a golpes, hay mucha sangre salpicando y temo que lo este por matar. Nadie tiene la culpa, pero su orgullo de hombre es más grande que intentar escuchar mi versión.

La puerta se abre y un enfermera intenta separarlos, pero es imposible, así que otros de sus colegas se meten y llaman a los guardias que al ingresar a la habitación por fin logran separarlos.

Una enfermera se percata que estoy en un rincón y apenas puedo hablar del dolor que siento. Cuando con ayuda de sus colegas me levantan, noto que algo anda mal y viajo la vista hacia mis piernas.

Estoy sangrando. Intento buscar con la mirada a Jack o a Ethan pero se los están llevando casi esposados.

—Mi... mi bebe...— pronunció entre quejidos.

El enfermero me ve y se percata de lo que quiero decir y llama rápido a otro compañero, que sale corriendo por los pasillos en busca de la doctora. 


¿Virgen y  embarazada? [EDITANDO]Where stories live. Discover now