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CHAPTER FOUR "TENSION BETWEEN US"
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La estación 9 y 3/4 estaba repleta, tal y como sucedía año tras año. Natalie, después de haber depositado sus cosas en el vagón correspondiente, se dirigió en busca de sus amigos, los cuales se habían adelantado para buscar un compartimiento.
Sorprendentemente, habían llegado con tiempo a la estación. Aún quedaban unos 10 minutos antes de que el tren partiera, por lo que había decidido ir con calma. Mientras caminaba entre la gente, Natalie notó un movimiento por el rabillo del ojo. Confundida, se giró hacia el lugar, pero no había nadie. Simplemente familias despidiéndose de sus hijos, que partirían a Hogwarts. Con incertidumbre, finalmente se adentró al tren, aún sintiendo la sensación de que alguien la estaba observando.
Cuando comenzó a buscar a sus amigos, se sorprendió de ver a Harry solo en un compartimento, mirando a la ventana.
—¿Harry? —Natalie entró al compartimiento, cerrando la puerta tras ella. Harry, que parecía haber salido de un transe, volteó a mirarla —¿Todo bien? ¿Dónde están Ron y Hermione?
—En la reunión de prefectos —Respondió Harry.
Natalie, en ese momento, recordó que su mellizo y su mejor amiga habían sido seleccionados para ser prefectos aquel año, algo de lo que por supuesto ella estaba extremadamente contenta. De hecho, por esa misma razón se había organizado una cena especial para los nuevos prefectos en el cuartel de la Orden, y puede que se hayan quedado un poco mas tarde de lo usual despiertos. Probablemente por eso, pensó Natalie, se habían atrasado en la mañana.
—Oye, Harry —El azabache, quien parecía haber vuelto a entrar en trance, volvió a mirarla —No me respondiste a la pregunta de que si estabas bien.
Natalie estaba preocupada por el. Desde que se habían vuelto a ver, Harry parecía... Ido. No solamente por el duelo que vivía después de ver a Cedric Diggory fallecer, sino que parecía que muchísimas cosas mas estaban atormentando a Potter.
Harry suspiro, y tomó la mano de Natalie con delicadeza. —En realidad, Nat... No se como responder a eso.
Natalie asintió, comprendiendo su sentir, y le dedico una débil sonrisa de apoyo. Harry se la devolvió, y justo cuando había acunado el rostro de la pelirroja entre sus manos para darle un beso, la puerta del compartimento se abrió de golpe, haciéndolos separarse de inmediato.
Por suerte, ni Ron o Hermione se percataron de su cercanía, pues el pelirrojo no paraba de hablar ni de quejarse.
—Te lo aseguro, Hermione, su padre debe de haberle comprado el puesto. No me cabe en la cabeza que ese...
