Nunca habrá alguien como él...

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Ahora esa famosa y fuerte relación que tenían ambos cambio, porque Tom tomo una importante decisión para él y su adorado pelinegro, llevo a Bill de viaje a Paris y delante de la torre Eiffel, le pidió matrimonio con un hermoso anillo de diamantes negros y plateados, Bill acepto y ambos se besaron bajo la luz de la luna, cuando la noticia salió a la luz todos les deseaban lo mejor querían seguir viendo la romántica y glamorosa vida de la pareja.

Cuando Tom describía a su prometido lo hacía con mucha dicha y admiración en una ocasión dijo para los medios: Nunca habrá alguien como el, mi Bill es especial, muy especial jamás había conocido a alguien tan precioso y lindo, yo lo adoro, mataría y vería ciudades arder solo por él.

Dios, es tan lindoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora