Se sabe que el rey de las maldiciones es una persona sin sentimientos, aquel que llegaría a matar a quien sea sin tener compasión y remordimiento.
¿Qué es lo que podría pasar si alguien llegara a su vida a cambiarle hasta su forma de pensar?
En est...
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Qué extraño ¿La gente estará dejando los estándares que tenemos y tratan de verse superiores que algunos o será un tipo de príncipe? Uno de otro lugar, porque nuestro príncipe no creo que sea así... Me imagino que es más apuesto y más decente sobre todo.
¿Señor? No estoy tan decrépito como todos ustedes tonta humana.. y es mejor que mires por dónde vas... -este la mira enojado e indignado, pero sigue su camino-
¿Tonta humana? ¿Pues este que se cree? Gracias a esas manchas de carbón que tiene en la cara se ve más viejo -piensa para después suspirar-
Ya habían pasado las horas, Cenicienta estaba en la cocina terminando de hacer los preparativos. Estaba de un lugar a otro para dejar impecable.
En la sala principal, gracias a esta que era amplia, había una gran mesa, lugar donde ella dejaba la comida, uno que otro antojo para que los que viniesen tomasen algo, claro, debían terminar de comer antes de tomar las cosas que su madrastra vendería.
Esto a cenicienta le dolía hasta el alma. Vender cosas importantes para ella y sobre todo, que eran de su amado padre, pero ella sabía que era eso o vender la casa, así que se esmeró para que vieran que las cosas valían la pena.
Cenicienta.. -llega su madrastra hasta donde ella estaba, la cocina-
-se sorprende un poco al ver que ella se encuentra ahí- Madrastra, sucede algo?
-camina un poco por el lugar- No en realidad, si no que... Ya falta muy poco para que lo invitados lleguen y tú sigues vestida con esos trapos.. Te sugiero que te pongas algo... más decente si se puede decir así..
¿Disculpe? ¿Quiere que me presente en su fiesta? -se sorprende al escuchar tal comentario-
Si, pero no me mal interpretes... Tu atenderás a los invitados, estarás atenta a lo que soliciten, no quiero ninguna falla... Y no quiero que se vayan por tu mal oliente olor -está la mira con una mirada fría y seria-
Oh.. Está bien, entiendo... -está se toma de las manos y baja un poco la mirada- Aunque, no tengo algo más decente madrastra, bueno si... Pero no es para atender a los invitados..
¿Y qué es?.. -menciona aún rondando por el lugar, observando que en las barras de la cocina hay un poco de suciedad-
Es un vestido.. Lo he estado confeccionando... Era de mi madre -sonríe- Es de un tono rosa y también unos zapatos-...
Prefiero que vayas mejor con lo que traes puesto a que ese tonto vestido, opacarás a mis hijas -se detiene y la observa seria- solamente quítate el mandil blanco o el trapo de tu cabeza y ya, quiero todo perfecto esta bien cenicienta?
Si madrastra.. -está solo opta ver cómo su madrastra se retira de ahí-
Ya había llegado la hora. Los invitados empezaban a llegar.