De vuelta a casa... Pero contigo (𝐀𝐩𝐩𝐥𝐞𝐫𝐚𝐝𝐢𝐨|𝐑𝐚𝐝𝐢𝐨𝐚𝐩𝐩𝐥𝐞+18)

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 21. Pruebas

-Mierda.. - Murmuraba Lucifer - Como pude meterlo en un problema como este.

-Tranquilo, el estará bien - Respondió con tranquileza Miguel

- ¿Cómo puedo estar tranquilo, Miguel? - Lucifer respondió, la frustración clara en su voz. - Sabes lo peligroso que pueden ser estas pruebas.

Miguel suspiró, colocando una mano reconfortante en el hombro de su hermano. - Entiendo tu preocupación, pero Alastor es fuerte. Ha superado muchas cosas antes. Además, lo haces por amor, y eso le dará fuerzas.

Lucifer se dejó caer en una silla, su mente llena de dudas y temores. - ¿Qué tipo de pruebas enfrentará?

- Me temo que no lo se - dijo Miguel con seriedad. - Solo puedo decirte que serán desafíos que pondrán a prueba su fe, su fuerza y su amor por ti.

Lucifer asintió, aceptando la realidad de la situación. - Haré lo que sea necesario para apoyarlo, incluso si no puedo estar a su lado físicamente... Aun que...

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Mientras tanto, en una cámara apartada, Alastor se preparaba para lo que estaba por venir. Los ángeles lo guiaron hacia una sala de espera donde se encontraría con un serafín, encargado de explicarle la naturaleza de las pruebas.

- Alastor - dijo el serafín con voz solemne - Las pruebas que enfrentarás serán difíciles. Serán tanto físicas como espirituales, y te pondrán a prueba en todos los aspectos.

Alastor asintió, su determinación inquebrantable. - Estoy listo.

- La primera prueba comenzará en breve - continuó el serafín. - Te enfrentarás a tus mayores miedos y dudas. Pero recuerda, cada prueba que superes te acercará más a tu objetivo.

Alastor respiró hondo, cerrando los ojos un momento para centrar su mente y su espíritu. Al abrirlos, encontró en su corazón una nueva resolución. No importaba lo que viniera, estaba listo para enfrentarlo.

El serafín lo condujo a una puerta que se abrió hacia un vasto paisaje desolado. - Aquí es donde comienza tu primera prueba, Alastor. Debes enfrentar los espectros de tu pasado y demostrar que puedes superarlos.

Alastor dio un paso adelante, sintiendo el aire frío y pesado a su alrededor. El paisaje era sombrío y silencioso, una representación de sus miedos más profundos. Caminó con cautela, sabiendo que cada sombra podría ser una amenaza.

De repente, figuras familiares comenzaron a surgir de la bruma. Eran recuerdos y pesadillas de su pasado, rostros conocidos distorsionados por el dolor y la ira. Entre ellos, vio a su madre.

- Alastor - dijo una voz suave, la de su madre - ¿Por qué no pudiste salvarme?

El dolor en su pecho era casi insoportable, pero Alastor sabía que debía enfrentar esto. - Lo siento, madre. Llegué demaciado tarde, hice lo mejor que pude.

- No fue suficiente - replicó la figura, avanzando hacia él con una expresión acusadora.

Alastor cerró los ojos, permitiendo que las lágrimas cayeran, pero cuando los abrió, su mirada era triste. Su sonrisa se había desvanecido - Lo lamento, lo lamento, lo lamento tanto madre... Y.. Yo - Su voz se entre cortaba, ese dolor de culpa que se había guardado hasta el último respiro en el mundo humano, pensando que se había desvanecido, no fue así. Un dolor punzante, agonizante.

Con esas palabras, la figura de su madre comenzó a acercarse. - No eres nadie

-¿Q..Que?

-Sos, fuiste y serás una decepción para mi, eres igual a el