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BLOOD AND CHEESE
Helaena mostraba una expresión Serena, preparando a sus pequeños hijos para dormir, siempre cuidando de ellos, y velando por que no tuvieran ningún problema o un mal sueño.
su tranquilidad no duró mucho, un cuchillo fue puesto en su garganta alejandola de las cunas de sus pequeños, una expresión de terror llegó a su rostro, no se movió, pero sus ojos demostraban lo asustada que estaba.
"un collar no es un hijo"
El momento que tanto tenía había llegado, tragó duro mientras escuchaba las risas del cazaratas que se encontraba detrás de ella, lo reconoció cuando la obligó a verlo, para después ver entrar a un hombre alto y corpulento que conocía bien.
-¿que carajo estas haciendo?- le preguntó a queso, sangre parecía bastante confundido y molesto al ver lo que estaba haciendo su compañero. -¿el dijo un hijo por un hijo, te parece que ella es un hijo?-
-no.. ella es la reina, mira allí- le comentó entre risas burlonas queso, señalando con su cabeza las cunas.
a lo que sangre fue hasta estas, haciendo a un lado los pabellones de cortinas, y viendo a tres niños exactamente iguales.
-son iguales, como sabremos cual es el niño? - le preguntó molesto, mirando que no había ninguna diferencia en los niños.
-busca una verga- le dijo sin molestias queso, con una sonrisa Irritada ante el comportamiento de sangre.
helaena soltó un quejido al ver cómo se acercaba a sus hijos, trató de removerse pero sólo sintió el cuchillo rozando por su garganta aún más apretado, haciendo sangrar una pequeña parte de su cuello.
-la madre lo sabe.- comentó sangre regresando a su posición, mirandola con frialdad, sin sentir lastima por ella.
queso miro detenidamente a la reina y luego a su compañero, y la soltó, pero aún apuntandole con aquella daga, le dijo
-escoge, y si descubrimos que nos metiste, te degollare y a tus hijos también- le dijo queso, apuntándole con la daga, sus labios temblaban literalmente pero su mirada nunca dejó de ser estoica.
-tengo un collar... es de gran valor.- dijo lentamente helaena, con la voz rota, aun asustada, mientras trataba de quitarse el collar con lentitud, que le fue arrebatado del cuello de un tiron
-un collar no es un hijo. -le dijo sangre, seriamente, mirandola impaciente.
-elige- le demandó queso, sus manos temblaban y su mirada amenazaba con caerse.
