14-. Julián Álvarez

878 21 4
                                    

-----------------------------------------------------------

-----------------------------------------------------------

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Julián Álvarez

***

Julián y yo habíamos peleado mucho últimamente. Me estaba sintiendo muy presionada por él porque quería tener un hijo, y yo aún no me sentía preparada, y eso hizo que esta última semana hubiera enfermado.

Siempre que estábamos por mantener relaciones me pedia que fuera sin protección y yo le negaba. Obvio terminaba en cada uno durmiendo en un sitio diferente y sin haber tenido nada más que besos.

Me estaba arreglando en nuestra habitación y él en la de invitados. Nuestros amigos Enzo y Valentina nos habían invitado a cenar en su casa y aceptamos. Claro que fue cuando no estábamos enojados, y ahora no podíamos cancelar.

Me quería poner un vestido azul que había comprado hace poco, pero al probarmelo sentía que se me notaba mucho la barriga y me lo cambié por uno morado más holgado en la zona de la panza.

Al salir del vestidor, Julián estaba sentado en la cama mirando al suelo, y cuando escuchó el sonido de mis tacones alzó la vista y en su cara se dibujó una sonrisa.

—¿Estás ya? —me preguntó ocultando la sonrisa y carraspeando un poco.

—Sí —contesté escuetamente.

—Dale, ya no estés enojada conmigo, por favor —me rogó.

En sus ojos podía ver culpa y vulnerabilidad, pero no se me pasaba el enojo tan rápido.

—Vamos a llegar tarde —le dije abandonando la habitación.

—¿Sabes que te amo aunque estés enojada conmigo cierto? —cuestionó y algo dentro de mí se removió.

Algunas lágrimas brotaron de mis ojos y ni siquiera entendí muy bien porque. Las sequé rápido para no estropear mi maquillaje.

—Mi amor —Julián corrió a abrazarme—, yo te amo siempre, en todo momento todos los días —dejó un beso en mi cabeza.

—No sé porque lloro, yo sé que me quieres pero, no sé porque lloré —le dije calmandome.

—Sé que todas nuestras peleas te estresaron, es normal que lo tengas que soltar de algún modo, yo no te culpo de nada —me tranquilizó.

—Vamonos —agarré su mano y fuimos al coche.

El camino fue en silencio, Julián me dio su mano, y cada vez que paraba en algún semáforo la besaba, yo sonreía ante esos actos.

Llegamos a casa de nuestros amigos y Valentina nos abrió.

—¿Vos te hiciste algo? Te cortaste el pelo —me abrazó.

—No, estoy igual que siempre —negué.

—Te ves diferentes, más linda —me halagó mientras buscaba algo mi mirada—. Amor, mirala, le brillan los ojitos más que nunca, ¿cierto? —llamó a Enzo.

One shots || Selección argentina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora