CAPÍTULO 3

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Era un nuevo día con la misma rutina, despertarse temprano y en silencio para no despertar a sus hermanitos, preparar todo, prepararse a sí mismo, luego ir con Nezuko y sus amigos a la preparatoria

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Era un nuevo día con la misma rutina, despertarse temprano y en silencio para no despertar a sus hermanitos, preparar todo, prepararse a sí mismo, luego ir con Nezuko y sus amigos a la preparatoria.

Cuando llegaron, los cuatros jóvenes estaban entretenidos en sus charlas, pero el de cabellos burdeos notó un olor familiar cerca. También había cerca un olor a felino, así que con sus ojos se apresuró a buscar a su alrededor y efectivamente allí se encontraba el rubio de cabellos flamantes dándole comida a un gato de la zona. Tanjiro se sorprendió al ver la dulce escena, pues era el único que había notado a parte de sí mismo a los animales que no tenían hogar. Ahora quizá no sería el único en llevar galletitas para darles, lo cual le trajo un poco de tranquilidad.

Junto al rubio se paró una chica pequeña de cabello oscuro y punta moradas "la escuela tiene mucha libertad en eso...", pensó Tanjiro, para luego ver como el rubio hablaba animado a la señorita, y pasar de esa emoción a una un poco más seria. Observó de lejos como el rubio se levantó y ambos siguieron su camino.

— Adiós hermano. —se despidió Nezuko, quien se iba alejando con sus amigos, sacando a Tanjiro de sus pensamientos.

— Nezuko-chan~ —Zenitsu se movía con el viento—, Te extrañaré.

Tanjiro suspiró, sabía que Zenitsu tenía un corazón tan grande que podía caber su hermana en él, pero aún así trataba de evitar hablar del tema.

(...)

Su clase con el profesor de cívica y ética Himejima era una de sus preferidas, pues aunque su profesor era ciego poseía una voz de comando muy especial y era bastante religioso. A Tanjiro le agradaba eso, prefería la tradición y el honor, por ello se esmeraba mucho en obtener la aprobación de todos los demás.

Pero aún sentía que tenía que esforzarse más que los demás por su familia, no podía decepcionarlos a ellos ni a sí mismo, tenía que saber dirigir el pequeño negocio de sus padres para asumir su rol y su responsabilidad.

Al terminar la clase, tenía unos minutos para esperar la siguiente asignatura, esta vez era de biología con la profesora Tamayo.

— Tamayo-san es tan hermosa~ —Zenitsu se volteó para hablar con Tanjiro—, no hay duda que su esposo es afortunado.

— Es cierto —sonreía el peli burdeos—. Aunque siento que la he visto muchas veces, dónde será...

— Debe ser por el pintor anónimo. —esta vez respondió Aoi, una compañera de cabello oscuro y ojos azules, que se sentaba al costado de Zenitsu.

— ¿Pintor anónimo? —preguntó Tanjiro, no tenía mucho tiempo para poder estar inmerso en el arte.

— Así es, Tanjiro, hay un pintor que solo pinta a una señorita muy pero muy parecida a nuestra profesora. —el joven rubio respondió con una amplia sonrisa y sonrojado— Ah, Aoi-chan sabe mucho.

Nuestra "En otra vida". [KyoTan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora