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𝐘𝐎𝐔𝐍𝐆 𝐌𝐈𝐊𝐎 𝐩𝐨𝐯:
Entré a la habitación que compartía con mi chica, fruncí el ceño al ver que no estaba durmiendo, pues eran casi las tres de la madrugada.
Había una mancha roja sobre nuestras sábanas de seda; comencé a preocuparme. Vi la puerta del baño cerrada y con rapidez me acerqué a esta.
Intenté abrirla, pero tenía el seguro.
- ¿Ma', estás bien? - pregunté preocupada al escuchar a mi esposa sollozando - Baby, ábreme la puerta. - añadí comenzando a desesperarme.
- ¡N-no! ¡Déjame sola! - me respondió con la voz entrecortada.
Suspiré tratando de controlarme y comencé a hablar.
- Ma', ábreme la puer...- pero fui interrumpida al escuchar un quejido por parte de mi chica - ¡Que se joda to'! - exclamé, tomé impulso y rompí la cerradura gracias al impacto de mi cuerpo.
Quedé estática al verla en el suelo con sangre a su alrededor. Había sucedido...
Caminé hacia ella y me arrodillé en el suelo para abrazarla. Ella rápidamente correspondió al abrazo y comenzó a llorar de una forma muy desgarradora.
- Todo va a estar bien, respira, ¿sí? - susurré tratando de ser fuerte y sentí como negaba.
- No... pe-perdí a nuestro retoñito, Vicky, lo perdí... Todo es mi culpa. - me respondió sollozando.
- Ey, escúchame, - hablé separándome de ella para agarrar con delicadeza su rostro - sabes que la doctora dijo que podía pasar. Esto no es tu culpa, ____, y jamás lo será - añadí.
Agarré con delicadeza sus manos e hice que ambas nos pusiéramos de pie. Ví su cuerpo tambalearse y la cargué estilo princesa.
- Te vas a manchar. - murmuró tratando de bajarse y caminé hacia la ducha sin importarme la sangre.
Abrí la regadera y ambas comenzamos a mojarnos.
- Todo va a estar bien, ma', todo va a estar bien... lo prometo. - hablé uniendo nuestras frentes mientras el agua tibia nos arropaba.
