Quevedo POVLa casa estaba en silencio, salvo por el sonido lejano de la música que venía del estudio de grabación. Las paredes estaban cubiertas con los mismos posters y fotos de conciertos que solían llenarme de orgullo y satisfacción, pero ahora solo servían para recordarme lo que había perdido. Me senté en el sofá del salón, el vacío a mi alrededor reflejando el caos que sentía en mi interior.
Después de la ruptura con Lydia, mi mundo parecía haberse desmoronado. La tristeza que sentía no se limitaba solo a la pérdida de una relación, sino también al sentir que había dejado escapar a la única persona que realmente entendía quién era yo. Me había sumergido en las drogas como un intento desesperado de escapar del dolor y de la culpa que me atormentaba, pero ahora, en mi estado más consciente, me daba cuenta de lo inútil que había sido ese esfuerzo.
Me levanté del sofá y fui al estudio de grabación, donde había estado trabajando en un nuevo álbum. La música solía ser mi refugio, mi forma de expresar lo que sentía cuando las palabras no eran suficientes. Pero ahora, incluso las notas parecían vacías, y las letras que escribía carecían de la profundidad emocional que solían tener. Mi corazón estaba roto, y el arte que una vez me inspiraba ahora me resultaba casi trivial.
La puerta del estudio se abrió y entró Alejandro, más conocido como Linton, uno de mis amigos más cercanos y también un compositor talentoso. Su presencia en mi vida había sido una constante, incluso durante los momentos más oscuros. Sin embargo, hoy parecía preocupado.
—Pedro, ¿cómo estás? —preguntó Alejandro, con una expresión de sincero interés.
—He estado... sobreviviendo —respondí, tratando de sonar más optimista de lo que me sentía—. La música no fluye como solía hacerlo, y la verdad, no sé si tengo algo que decir en este momento.
Alejandro se acercó y se sentó en el sofá frente a mí.
—Lo siento mucho por lo que pasó con Lydia. Fue una situación complicada, pero quizás deberías hablar con ella. ¿No crees que podría ayudarte a aclarar las cosas?
Sus palabras resonaron en mí como un eco distante. Había pensado en intentar contactar a Lydia, pero el miedo al rechazo y la culpa me habían paralizado. No sabía si estaba dispuesto a enfrentar la realidad de que ella podría no querer volver a verme.
—No estoy seguro de que ella quiera hablar conmigo —dije, encogiéndome de hombros—. La última vez que la vi, todo se desmoronó. Ella estaba tan herida que creo que la última cosa que querría es volver a estar cerca de mí.
Alejandro suspiró, mirando al suelo.
—A veces, la gente necesita tiempo, Pedro. Pero si realmente crees que ella es la única persona con la que puedes estar, entonces tienes que luchar por ella. Tienes que mostrarle que estás dispuesto a cambiar, a hacer lo que sea necesario para reparar el daño que causaste.
Las palabras de Alejandro eran sabias, y sabía que tenía razón. Mi adicción y mi comportamiento habían destruido lo que había sido la mejor parte de mi vida. Lydia no solo era una parte fundamental de mi felicidad, sino también alguien que había creído en mí cuando yo mismo no lo hacía. Si había alguna posibilidad de recuperar lo que habíamos tenido, tenía que demostrar que estaba dispuesto a hacer un cambio real.
Después de que Alejandro se fue, me quedé solo en el estudio, pensando en todo lo que había pasado. El alcohol y las drogas habían sido mi escape, pero ahora, en mi soledad, entendía que solo me habían llevado a un callejón sin salida. Era momento de enfrentar mis problemas y hacer algo que realmente pudiera cambiar mi vida.
Tomé una decisión en ese instante. Iba a luchar por Lydia. No sabía si sería posible recuperar lo que habíamos perdido, pero estaba dispuesto a intentarlo. Tenía que enfrentar mis demonios y demostrarle que estaba dispuesto a hacer el trabajo necesario para cambiar.
La idea de enfrentar a Lydia me llenaba de ansiedad, pero también de una determinación renovada. Sabía que el primer paso era limpiar mi vida de las sustancias que habían causado tanto daño. Llamé a un centro de rehabilitación que había estado considerando y solicité información sobre los programas disponibles. Era el primer paso hacia la recuperación, y era algo que necesitaba hacer para tener alguna esperanza de reconstruir mi vida y mi relación con Lydia.
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-Con la primera luz del amanecer, me preparé para el siguiente paso en mi viaje hacia la recuperación. No solo estaba buscando redimirme ante Lydia, sino también ante mí mismo. Si quería una oportunidad para rehacer mi vida, tenía que empezar desde el fondo y trabajar para construir algo sólido y real.
La última imagen que tenía en mente antes de dormir era el rostro de Lydia, lleno de tristeza y dolor. Me comprometí a hacer todo lo posible para mostrarle que podía ser mejor, que podía ser la persona que ella merecía. Si tenía alguna posibilidad de volver a estar con ella, necesitaba probar que estaba dispuesto a enfrentar mis problemas y salir adelante.
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ANIMO PEDRITO TU PUEDES LUCHA POR ESA MUJERRR
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𝙎𝙤𝙡𝙤 𝙥𝙤𝙧 𝙩𝙞́ - || Quevedo ||
Romance"Se acercó y me dió la mano. De todas las manos, la suya era la única que transmitía la vida" - 𝓜𝓪𝓻𝓲𝓸 𝓑𝓮𝓷𝓮𝓭𝓮𝓽𝓽𝓲