•One Shot || Spreenplay•

-•Imitar•-

Observaba a su amigo frente a él, comiendo de esa forma tan tierna que hacía que sintiera una rara sensación en su pecho, la cual llevaba ahí un tiempo, provocando preguntas en su pequeña mente del origen de esa sensación. 

—Spreen, no haz comido nada— la suave voz del niño preocupado por la falta de apetito de su amigo hizo que el hibrido saliera de su mente. 

—No tengo mucha hambre, Auron— una suave sonrisa se dejó ver en la cara de Spreen, tratando de tranquilizar a su amigo. —¿Quieres un poco?— tomo su sándwich de mantequilla de maní y lo partió a la mitad para darle a su amigo. —Toma— 

Auron tomó la comida entre sus manitas antes de darle un bocado, sonriendo al poder degustar del sabor de la comida de su amigo. —Esta muy rico. Come, Spreen— el más bajo alentó a su amigo a comer, satisfecho al ver como el contrario le hacía caso a sus palabras.  

Ambos siguieron su comida entre sonrisas, risas y juegos por parte de los dos, así hasta que el timbre sonó, indicando el fin de su tiempo de almuerzo y el inicio nuevamente de sus clases. Spreen ayudó a su amigo a cargar su lonchera, llevándola por él al salón de clases.

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Estaba con sus ojos fijos en el papel, centrado en que la linea saliera lo más recto posible. Una vez que logró un resultado más decente que los anteriores tomó sus crayones y lápices de colores para empezar a darle color a su dibujo. 

Auron podía ver como su amigo se encontraba muy concentrado en su dibujo, ni siquiera le había hablado en el momento en que tomaron lugar en su asiento y la actividad empezó. Miró su propio dibujo, preguntándose en su mentecita si debería ponerle más dedicación así como el oso. 

Spreen sonrió satisfecho al termina de poner color a su dibujo. "Limpió" un poco su dibujo antes de con nervios tocar de forma suave el hombro de su amigo y compañero. Una vez que tuvo la atención de el castaño le entregó la hoja en la cual estaba su dibujo con una suave y avergonzada voz. 

—Es para ti, Auron— sus mejillas estaban levemente rojas mientras hacía entrega de su regalo. 

El más bajo tomo la hoja entre sus manos, apreciando el dibujo que había en esta. Una linda flor de color rojo y con pequeños corazones a su alrededor era lo que el hibrido le había dado con mucho cariño y esfuerzo de por medio, especialmente para su amigo. 

Los nervios del oso se hicieron más presentes ante la falta de reacción por parte de Auron, temía que no le hubiera gustado el regalo que había hecho para él.

—¡Esta muy bonito!— exclamó Auron con una gran sonrisa en su rostro mientras seguía observando su regalo. —Gracias, Spreen— de forma totalmente inocente e imitando lo que sus padres hacían cada vez que alguno le daba un presente al otro, besó de forma suave la mejilla de su amigo. 

Spreen rápidamente se sonrojo y sintió el calor en sus mejillas, al igual que el alocado latido de su corazoncito. Tendría que preguntarle a sus padre sobre este ultimo sentir, no quería enfermar y no pasar el debido tiempo con su amigo por algún malestar. 

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Ambos niños se encontraban en el parque, divirtiéndose en los juegos que había, siendo vigilados por Rubius, el padre de cierto hibrido, el cual no se despegaba ni un segundo de Auron, causando una risa tierna y de burla en el adulto. 

Los dos pequeños bajaron del tobogán, para ahora ir hacia los columpios, los cuales eran ocupados por dos niños. Auron hizo una expresión de decepción al ver que no podría jugar en los columpios como él deseaba. Aquello fue notado por Spreen, que rápidamente se acerco a los niños y de forma amable les pidió que se fueran.