𝘁𝗵𝗿𝗲𝗲, the rumors are true

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━━━━━ CAPÍTULO TRES❛ los rumores son ciertos ❜

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━━━━━ CAPÍTULO TRES
❛ los rumores son ciertos ❜

AL CAER LA NOCHE, la extraña familia conformada por tres piratas decidió ir a comer y a beber uno que otro trago en uno de los bares en medio del mismo callejón en el que se encontraron hace unas horas, para ponerse al día.

Lo que ayudaba a que nadie pudiera oír de qué hablaban eran los gritos de todo el gentío ahí dentro. Las risotadas de las mujeres y los malos cantos de hombres borrachos.

Ginny sostenía su vaso con cerveza en su mano derecha mientras que con la otra se ocupaba de acariciar a Bailey, que estaba acostado en su regazo con los ojos cerrados, relajado ante las suaves caricias de su dueña.

Había conocido a su ahora perro en su viaje a Port Royal con su padre. Era el que cuidaba las llaves de las celdas de los prisioneros, y cuando los mandaron a encerrar a ella y a su padre a esperar la horca tras su fallido escape debido al retraso con Will Turner -oh, sí, el bello hombre con el que tenía un crush-, lo conoció, y empezó a insistirle a Jack de que quería adoptarlo en cuanto se fueran de la isla.

Claro que los planes cambiaron drásticamente.

De todas formas, cuando escapaban después de haber estado cautivos en esa espantosa isla de los nativos por la culpa de Jack -otra vez-, ella fue la única que regresó por el perro para que no se lo comieran. Literalmente.

Desde entonces su fiel perro la acompañaba en sus locas aventuras. Claro, en medio del conflicto con Davy Jones, tuvo que dejarlo con Teague para que no saliera lastimado. Así que, todas las veces que era un riesgo real y no podía llevarlo, lo dejaba con él.

No podía afirmarlo, pero sospechaba que hasta su abuelo se encariñó con el perro. Jack seguía haciéndole muecas.

—Saqueamos, robamos, sin nada importar —tarareaba en voz baja, con su peludo haciendo sonidos de estar a gusto—. Todos brindando yo-jo, yo-jo. Pirata siempre ser.

—Oí que estabas formando una tripulación —cuando Teague mencionó aquello, decidió prestar atención a su conversación.

—Si tanto lo dicen, debe ser verdad —dijo finalmente Jack con una extraña seriedad en él.

—Oí a dónde van. A la fuente —esta vez, Teague se dirigió a ambos.

—¿Tú has estado ahí? —le preguntó con sorpresa Jack a su padre, quien abrió la boca para responder.

—¿En serio le ves cara de que ha ido a la fuente de la juventud? —interrumpió Ginny alzando una ceja, recibiendo una mala mirada por parte de su abuelo por su tono de incredulidad.

En cambio, Jack solo se encogía de hombros mientras miraba a su padre.

—Depende de la luz.

—Hijo, niña, la fuente —dijo nuevamente Teague con su usual tono de voz tranquilo—. Van a necesitar artículos para el ritual profano. Dos cálices.

SHE'S A PIRATE | philip swift  ;  potcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora