¹𝐖𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑 𝐖𝐀𝐑𝐑𝐈𝐎𝐑

𝟎𝟓|𝐄𝐋 𝐙𝐎𝐑𝐑𝐎

El señor Castor y los tres Pevensie restantes corrían de regreso a la choza. Los lobos de la bruja blanca les seguían el paso, y tan rápido como llegaron, comenzaron a reunir provisiones para poder huir hacia el encuentro de Aslan. Habían pasado al menos cinco minutos corriendo por un túnel, que el castor había hecho para llegar hacia la casa de su amigo, el tejón.

Al salir de aquel túnel, no esperaban encontrarse con una escena tan triste para el señor Castor. El tejón y su familia habían sido convertidos en estatuas. Y esa era parte de la crueldad de la bruja blanca.

— Lo siento mucho, mi cielo — dijo la señora Castor consolando a su esposo, quien miraba con tristeza aquella estatua que alguna vez fue su mejor amigo.

— ¿Qué es lo que pasó aquí? — preguntó Peter al ver la escena.

— Es lo que pasa con los que hacen enojar a la reina — contestó una voz desconocida causando que los presentes se sobresaltaran.

— Si das un paso más traidor, te haré trizas con mis dientes — dijo el señor Castor intentando acercarse al recién llegado, pero inmediatamente fue detenido por su esposa.

— Tranquilo — dijo el zorro mirando al Castor — soy uno de los buenos.

— ¿Si? — preguntó el señor Castor de manera incrédula — pues estás tan feo, que en serio pareces uno de los malos.

— Un desafortunado parecido de familia — contestó el zorro y su atención fue a parar directamente a los cuatro humanos que estaban en el lugar — después hablamos de especies. Ahora tienen que escapar.

Alissa y Peter voltearon a ver en dirección contraria a la salida del túnel. Los lobos de la bruja están muy cerca.

— ¿Que tienes en mente? — preguntó Peter volteando a ver al zorro.

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Los lobos salieron del túnel, acercándose con rapidez hacia aquel noble zorro que había ayudado a los humanos y a los castores para que lograsen evitar ser vistos. Alissa y Peter podían observar todo desde aquellas gigantes ramas de los arboles en que se encontraban, mientras que Susan y Lucy solo se aferraban a su hermano para no caer. Los castores en cambio, estaban en una rama diferente. Un poco más alto que sus amigos humanos.

— Saludos, señores — dijo el zorro cuando los lobos se acercaron a él y comenzaron a rodearlo — ¿Se les perdió algo?

— No juegues conmigo — dijo Maugrim caminando alrededor del zorro — se donde está tu lealtad. Buscamos humanos.

— ¿Humanos? ¿Aquí en Narnia? — preguntó el zorro después de reír brevemente — vaya, esa información es muy valiosa ¿No lo creen?

En ese momento, Peter tuvo que cubrir la boca de su pequeña hermana para evitar que gritara al ver cómo uno de los lobos mordía al zorro en su lomo. Alissa sintió lástima por aquel zorro, pues parecía ser muy gentil y bueno a pesar de ser un depredador sigiloso. Al menos en el mundo de los humanos.

— Tu recompensa es tu vida — dijo Maugrim para después agregar con burla — aunque no es mucho. Pero es algo. ¿Donde están los fugitivos? — preguntó con firmeza.

El zorro miró unos segundos hacia la cima de aquel árbol en que se encontraban los humanos, para después mirar al lider de la manada.

— Al norte — mintió — huyeron al norte.

— Comiencen a olfatear — ordenó Maugrim y aquel lobo que había atacado al zorro lo lanzó fuertemente al suelo.

En cuanto se aseguraron de que los lobos estaban lo bastante lejos para percibir sus aromas, tanto los humanos como los castores bajaron de aquel árbol. E inmediatamente, Alissa Romanov se acercó al zorro.

Al anochecer, el señor Castor buscó algo de leña y Peter, gracias a sus días de campo junto a su padre antes de que comenzará la guerra, había logrado encender una fogata. Y mientras la señora Castor y Alissa intentaban curar lo más posible las heridas del zorro, el comenzó a hablar acerca de lo ocurrido con el tejón y su familia.

— ¡Ya basta! ¡No te muevas! — reclamo la señora Castor al zorro — eres peor que mi esposo cuando se baña.

— El peor día del año — comentó el señor Castor causando que Susan y Lucy rieran brevemente.

— Gracias por su gentileza — dijo el zorro poniéndose de pie — pero no hay tiempo para curar mis heridas.

— ¿Ya te vas? — le preguntó Lucy al zorro.

— Ha sido un placer mi reina, y un honor — contestó el zorro haciendo una pequeña reverencia ante Lucy — pero el tiempo es corto. Y Aslan en persona me envió a reunir más tropas.

— ¿Has visto a Aslan? — preguntó el señor Castor.

— ¿Y como es el? — agregó la señora Castor.

— Como todo lo que habíamos escuchado — contestó el zorro para después mirar a Peter y Alissa — estarán felices de poder luchar a su lado contra la bruja.

— No vamos a pelear contra la bruja — aclaró Susan recibiendo una mirada por parte de Alissa y Lucy.

— Pero si el rey Peter— dijo el zorro volteando a verlo para después detener su vista en Alissa — y la reina Alissa, ella es nuestra salvadora. La nieta de Aslan y la legítima reina de Narnia. La profecía así lo dicta.

— Son necesarios en esta guerra — agregó el señor Castor mirando a Peter.

— Solo quiero que regrese mi hermano — dijo Peter luego de mirar por unos segundos a sus hermanas.

Alissa solo miraba la fogata, pensando y asimilando las palabras recientemente dichas por el zorro. ¿Ella realmente era de quien hablaba la profecía? ¿Realmente era la nieta de Aslan? Aquellas preguntas comenzaron a rondar por su mente, y solo esperaba poder llegar al campamento del gran león para poder obtener respuestas.