El mayor tesoro de Tzuyu es su pequeña y tierna hija de 6 años. Por años la subestimaron diciendo que no podría cuidar adecuadamente a su pequeña si era sólo ella, y por supuesto que demostró que por su hija era capaz de todo.
Pero la idea de criar...
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—¡Oh vamos, Sha! Cuéntame— La menor la miró demasiado extrañada.
—Nayeon estás muy rara, ¿A qué se debe?— La pelinegra sonrió en grande—¿Nayeon?
—Tiene mucho que no pasamos tiempo juntas y no quiero que te sientas sola—Murmuro. Sana se le quedó viendo en completo silencio, para después suspirar y negar.
—Yo estoy bien Nayeon, si es por lo de ese tema en verdad estoy bien ya pasó— Nayeon negó y se acercó a abrazarla.
—Que importa si dices que estás bien, yo quiero pasar más tiempo contigo— La menor le devolvió el abrazo— Ya seré una hermana mayor.
—Jamás lo has sido, pareces ser la menor— Y con eso ambas rieron.
El resto de la tarde como de costumbre Sana hizo su trabajo con ayuda de Nayeon y platicaron de cosas al azar que no pudiera traer malos recuerdos.
—Pero necesito saber Sha, ¿Si te gusta o no?— Sana sonrió por lo bajo—¡Mi hermana está enamorada!— La menor se sonrojo hasta más no poder— ¿Has hablado con ella?
—Soy maestra de su hija ¿Cómo no voy a hablar con ella?— Nayeon entre cerró sus ojos.
—Me refiero a si has hablado con ella fuera del trabajo, no sé hablar como amigos y asi— La menor asintió lentamente—¿Y?
—No es como si tuviéramos las charlas más largas que digas, la mayoría de las veces hablamos de Hyunjin— Su hermana asintió con una sonrisa ladina— Tzuyu es idéntica a Hyunjin en muchas cosas, ambas son simpáticas, se adaptan perfectamente a todo.
—Sana, por favor no te pongas mal, pero si tú y ella iniciaran algo la niña te vería como su mamá — Sana asintió.
—Puede ser, pero no es como si Tzuyu y yo, ya sabes fuera a pasar algo— La mayor se encogió de hombros.
—Uno nunca sabe, Sha, ya pasó mucho tiempo es momento de intentar algo, estás teniendo la oportunidad casi al frente tuyo, si te gusta entonces adelante— Le sonrió a su hermana y volvió a abrazarla.
Y Sana por supuesto que siguió su consejo, ya habían pasado años y tenía derecho a intentar de nuevo enamorarse, o siquiera intentarlo.
Así que cuando se podía hablaba con Tzuyu, en un principio de Hyunjin como de costumbre, pero después pasaron a otros temas como el trabajo, hobbies u otras cosas, hasta que se consideraron amigas.
[…]
—Mami mañana es mi cumpleaños— Tzuyu sonrió y revolvió delicadamente el cabello de su hija.
—Ya lo sé, pequeña.
—Y quiero algo de regalo— Tzuyu le alzo una ceja con cierta diversión.
Termino de hacer la comida y colocó los dos platos sobre la mesa y entonces le pregunto:
—¿Qué es lo que quieres, pequeña?— Hyunjin sonrió.
—A ShaSha como mamá— La mayor pudo sorprenderse o desconcertarse pero su pequeña llevaba meses mencionando eso que era de esperarse.
