Mientras Goku y Krilin conversaban en voz baja a cierta distancia, Asa y Yoru esperaban pacientemente. Finalmente, los dos amigos regresaron, Krilin luciendo aún un poco aturdido pero con una sonrisa amistosa en su rostro.
"Bueno, esto es... inesperado," dijo Krilin, rascándose la cabeza. "Pero si Goku es feliz, entonces yo estoy feliz por él. Es un placer conocerlas, Asa y Yoru."
Asa sonrió cálidamente. "Gracias, Krilin. Significa mucho para nosotras."
"Sí, gracias, pequeñín," añadió Yoru con una sonrisa burlona.
Krilin parpadeó sorprendido ante el cambio repentino en el tono de voz y la expresión, pero decidió no comentar al respecto.
Goku, ajeno a la tensión, exclamó alegremente: "¡Oye, Krilin! ¿Quieres unirte a nosotros? Voy a enseñarles a Asa y Yoru algunos movimientos básicos de artes marciales."
Krilin miró su reloj. "Me encantaría, Goku, pero tengo que regresar con el maestro Roshi. Tal vez en otra ocasión. Que se diviertan, chicos." Con un saludo, Krilin se despidió y se fue volando.
Con Krilin fuera de vista, Goku se volvió hacia Asa y Yoru, su rostro iluminado con entusiasmo. "¡Bien! ¿Están listas para comenzar?"
Asa asintió con determinación, mientras Yoru cruzaba los brazos con una sonrisa confiada.
Goku los llevó a un claro cercano, perfecto para entrenar. "Primero, comencemos con algo simple. La postura es la base de todo en las artes marciales."
Durante la siguiente hora, Goku les mostró pacientemente a Asa y Yoru cómo pararse correctamente, cómo mantener el equilibrio y cómo respirar adecuadamente. Para sorpresa de Asa, Goku resultó ser un instructor bastante capaz, explicando las cosas de manera simple y clara.
"Ahora, intentemos un movimiento básico," dijo Goku, demostrando un puñetazo simple. "Recuerden, la fuerza viene de todo el cuerpo, no solo del brazo."
Asa y Yoru practicaron el movimiento, con Goku corrigiendo suavemente su forma.
"Esto es más difícil de lo que parece," gruñó Yoru, frustrada después de varios intentos.
"No te preocupes," la animó Goku. "Toma tiempo. Yo tampoco era muy bueno al principio."
Asa, sudando pero sonriendo, miró a Goku con curiosidad. "¿En serio? Siempre te ves tan seguro cuando luchas."
Goku se rio, rascándose la nuca. "Oh, he tenido muchos años de práctica. Y muchos buenos maestros. De hecho, mi primer maestro fue el Maestro Roshi. Tal vez algún día podríamos visitarlo."
Continuaron practicando durante un rato más, hasta que el estómago de Goku gruñó ruidosamente.
"Creo que es hora de ese picnic," dijo Asa, riendo.
Mientras preparaban el lugar para el picnic, Yoru se acercó a Goku. "Oye," dijo en voz baja. "Gracias por esto. Sé que probablemente preferirías estar entrenando de verdad."
Goku la miró, sorprendido por la sinceridad en su voz. "No hay de qué agradecer, Yoru. Me gusta pasar tiempo con ustedes, sea entrenando o no."
Asa, que había escuchado la conversación, se unió a ellos, abrazando a ambos. "Somos afortunados de tenerte, Goku."
El saiyajin se sonrojó ligeramente, aún no del todo acostumbrado a estas muestras de afecto. Pero mientras se sentaban a disfrutar de su picnic, con el sol brillando sobre ellos, Goku no pudo evitar pensar con alegría lo bueno por venir.
"¿Entonces," dijo Goku entre bocados, "¿Quieren que les cuente sobre la vez que peleé contra un dinosaurio siendo niño?"
Asa y Yoru intercambiaron miradas divertidas. Definitivamente, la vida con Goku nunca sería aburrida.
"Adelante, tragón"
Prefieren una buena pizza, o una excelente hamburguesa?
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