Mi Felicidad Eres Tú (James Maslow y tú)

Capítulo 1. Nuevo comienzo y un reencuentro.

Capítulo 1. Nuevo comienzo y un reencuentro.

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—Buenos días hermosa... — me dijo Chris mientras acariciaba mi rostro.

—Buenos días amor...— respondí con una sonrisa.

Han pasado ya siete meses desde que vi por última vez a James y a los chicos. Cuando volví, le conté a mi mamá lo del bebé. Por suerte, mi madre no se lo tomó mal, y me dijo que me daría todo el apoyo posible. Un mes después de mí llegada a Kansas, Chris me pidió ser su novia, a lo cual acepté, y nos fuimos a vivir juntos a un apartamento grande y cómodo. Ayer, en nuestra cita, Chris me ha pedido ser su esposa. A pesar de que llevamos poco saliendo, le dije que sí, estando segura de que él era la persona con la que quería estar el resto de mi vida.

—Eso de que te concentres más en tus pensamientos que en mí no me gusta mucho. — Chris rió.

—Lo siento. — Reí y le di un tierno beso en los labios. —Sólo repasaba en mi mente los maravillosos que han sido estos últimos siete meses.

—Lo han sido. — dijo Chris mientras entrelazaba su mano con la mía. — ¿La bebé no te ha molestado en la noche?

—No. — dije mientras acariciaba mi barriga con la otra mano. — Y espero que siga así, la verdad.

Ambos reímos. Chris me dio un beso en la frente y me sonrió.

—Deberíamos ir a alistarnos. En unas horas tendremos que ir por Camille y Logan al aeropuerto.

—Tabata. — lo corregí mientras me levantaba de la cama. —Recuerda que se ha vuelto a cambiar el nombre.

— Cierto. Siempre se me olvida. —Chris soltó una risa. —Esa chica no se decide.

— ¿Y hasta ahora te das cuenta?

Me dirigí al baño para tomar una ducha para luego arreglarme. Cuando me arreglé y salí del baño, noté que Chris se había dormido.

—Despiértate dormilón. —Le di un tierno beso en los labios. —Tienes que alistarte.

— ¡Pero quiero seguir durmiendo!

—Bueno, pero si sigues durmiendo no vas a tener desayuno. —Solté una pequeña risa mientras me dirigía a la puerta de la habitación.

— ¿Qué harás? — preguntó.

—Waffles.

— ¡Enseguida voy a alistarme! — Chris se levantó de golpe y se dirigió rápidamente al baño.

—Realmente te gustan. —Solté una risa mientras me dirigía a la cocina a hacerle los waffles a Chris.

Al terminar de hacer el desayuno, Chris vino y nos sentamos a desayunar juntos.

— ¿Le dijiste algo a Tabata?—preguntó Chris.

—No, pienso sorprenderla hoy. — Sonreí.

—Ojalá se sorprenda. —Chris rió.

—Sí, también espero eso. Y como se quedará por varios meses, espero que ella me ayude a planear la boda.

—Pues espero pueda ayudarte. Pero recuerda que también es mi boda, así que deberías dejarme aportar un poco. —Chris soltó una pequeña risa.

—Claro que si dejaré que aportes. — dije mientras recogía los platos para ir a lavarlos. — ¿Qué me crees?

—Solo digo, por si acaso. — dijo mientras me abrazaba por detrás y me daba besos en el cuello.