21

7 1 0
                                    

LEE JEONG VS. HYBE AND SOOBIN (PARTE 2)


El eco de mis pasos resonaba en el pasillo vacío mientras me alejaba de la sala de reuniones. La conversación con Taehyun aún giraba en mi mente. Su expresión de confusión y la duda en su voz me habían dejado intranquila. Tenía que demostrar mi inocencia, y lo primero que debía hacer era enfrentarme a la raíz del problema: Soobin.

Mientras caminaba, me detuve al escuchar unos murmullos cerca. A lo lejos, en un pasillo lateral, vi la figura de Soobin apoyado contra la pared, hablando por teléfono con una expresión seria.

Me acerqué lentamente, tratando de escuchar algo que me pudiera dar una pista, pero su conversación terminó abruptamente antes de que pudiera captar algo relevante.

Soobin me vio acercarme y su rostro se endureció al instante. No había rastro de la sonrisa amigable que solía tener.

Había una tensión palpable entre nosotros, un silencio incómodo que me obligó a detenerme frente a él, a apenas unos metros de distancia.

—¿Podemos hablar? —pregunté, cruzando los brazos frente a mí, tratando de controlar mi respiración para no parecer tan nerviosa como me sentía.

Soobin me miró de arriba abajo, como si estuviera evaluando si valía la pena responderme.

—No hay mucho que hablar, Jeong —respondió finalmente, su voz fría como el hielo—. Dijiste lo que tenías que decir allá dentro.

Sentí que la ira comenzaba a hervir en mi interior. No podía creer que él estuviera actuando de esa manera, como si yo fuera la culpable de todo este caos.

—¿Por qué lo hiciste? —espeté, mi voz subiendo de tono sin poder evitarlo—. Sabes muy bien que yo no tuve nada que ver con que Taehyun se enamorara de mí. ¿Por qué mentiste frente a todos?

Soobin dejó escapar una risa sarcástica, cruzando los brazos y apoyándose contra la pared de forma más relajada.

—¿Mentir? —repitió, con un destello de burla en sus ojos—. Yo no mentí, Jeong. Solo dije lo que tenía que decir para protegerme. No estoy dispuesto a perder todo por un error de Taehyun .

Su actitud me dejó atónita. Soobin siempre había sido alguien en quien podía confiar, pero ahora parecía que estaba dispuesto a sacrificarme sin dudarlo.

—¿Protegerte? —repliqué, dando un paso hacia él—. ¿Protegerte de qué, Soobin? No había nada que te pusiera en peligro. ¡No había nada de lo que protegerte!

Soobin se enderezó, su expresión cambiando a una de molestia.

—Eso es lo que tú crees, Jeong. —Su voz se volvió más aguda, casi cortante—. Pero tú no sabes todo lo que está en juego aquí. No sabes lo que ya se ha dicho sobre mí, las expectativas, las presiones... No puedo permitirme un escándalo ahora, ni por ti ni por nadie.

Me quedé mirándolo, incrédula, tratando de comprender cómo alguien que consideraba un amigo podía haberse vuelto tan frío, tan calculador.

—Entonces, ¿solo te estás vengando por placer? —le pregunté, con la voz quebrada por la incredulidad y la rabia—. ¿Para expiar tus culpas, estás dispuesto a destruirme?

Soobin apretó los labios, su expresión endureciéndose más.

—Mira, Jeong, no es personal. Es solo... Que no puedo lidiar con un lío de faldas aquí. No puedo darme el lujo de ser el que lleve la culpa. Alguien tenía que ser el responsable, y tú estabas ahí.

Sentí que algo se rompía dentro de mí al escucharlo. Todas esas veces que habíamos trabajado juntos, compartido risas y confidencias, se sentían ahora como un cruel engaño.

—¡No puedo creer que digas eso! —exclamé, sintiendo las lágrimas arder en mis ojos—. ¡No puedo creer que seas tan egoísta, tan... tan cobarde de no ser honesto con lo que sientes y eres!

—¡Cobarde! —Soobin se acercó a mí, su voz llena de furia contenida—. ¿Te atreves a llamarme cobarde cuando tú eres la que se metió en esto sin pensar en las consecuencias? No te das cuenta de que si tú caes, yo caigo también. Estamos en el mismo barco, Jeong, pero no me voy a hundir contigo.

Lo miré fijamente, sintiendo cómo la rabia se mezclaba con la tristeza. Soobin no entendía, o tal vez no quería entender, el daño que estaba causando.

—No estamos en el mismo barco, Soobin —respondí, con un tono de determinación que me sorprendió a mí misma—. Porque yo no estoy dispuesta a hundir a otros para salvarme, al menos si sé dar la cara cuando meto la pata.

Él me miró durante unos segundos que parecieron eternos, y luego su rostro se suavizó, pero no de la manera que esperaba. Había una chispa de algo, casi como lástima, en su mirada.

—Tal vez eso sea lo que te hace diferente, Jeong —dijo suavemente—. Pero en este mundo... esa diferencia te va a costar caro.

Hizo una pausa y, de repente, su expresión cambió, como si recordara algo.—Hablando de diferencias... —Soobin comenzó, con un tono sarcástico—. No olvides que todavía teníamos una salida pendiente. La mención de nuestra salida pendiente me golpeó como una bofetada.

Soobin me había insistido en salir, antes de todo el problema con Dae-Hyun, para tapar toda esta basura . Soobin había insistido en ir un lugar a solas, pero no se con que fin. Pero ahora todo eso se sentía como una chantaje más.

—¿En serio mencionas eso ahora? —dije, sorprendida por su descaro—. Después de lo que acabas de hacer, ¿crees que todavía tenemos algo pendiente?

Soobin sonrió de lado, una sonrisa que no alcanzó sus ojos.

—Pensé que te gustaría saber de que tu eres reemplazable para Taehyun, Jeong. Las relaciones, los secretos... todo cambia cuando las cosas se ponen difíciles y para terminar, Taehyun ni te cree.

Sentí una mezcla de frustración y tristeza. La salida, que había olvidado, ahora se sentía como un recordatorio de cuán rápido se podían desmoronar las cosas y como sus amenazas por venganza llegarían lejos.

—Para mí, esa salida ya no significa nada, Soobin. Y me parece claro que tampoco significa nada para ti.

Soobin se encogió de hombros, como si mi respuesta no le importara.

—Supongo que tienes razón. Hay cosas más importantes que una salida. Como tu futuro, por ejemplo.

Me quedé mirándolo, sintiendo cómo una lágrima rebelde rodaba por mi mejilla.

—Mi futuro no depende de ti, ni de Taehyun, Soobin. Y créeme, no pienso dejar que lo arruines.

Soobin suspiró, como si estuviera cansado de esta conversación.

—Haz lo que tengas que hacer, Jeong. Pero recuerda, en esta industria, todos somos prescindibles. Y tú acabas de aprender eso de la peor manera.

Antes de que pudiera decir algo más, Soobin se dio la vuelta y comenzó a alejarse. Lo vi irse, con una mezcla de rabia, decepción y una determinación renovada. Se detuvo en seco, y sonrió sarcástico.

—Si quieres mantener tu trabajo, ya sabes que tienes eso pendiente, puedo decir que fue un error mío y que miré mal todo, es simple, con solo que digas que si, ya estaré asegurando tu futuro en HYBE o BIG HIT.

La salida pendiente que teníamos ya no importaba; lo que importaba ahora era la verdad. Y estaba dispuesta a encontrarla, sin importar cuánto me costara.

Me quedé en el pasillo, secándome las lágrimas y respirando profundamente. Ya no había vuelta atrás. Preguntándome si tendría que aceptar.

La batalla había comenzado.

FREEZE | KANG TAEHYUN ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora