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Anton

—Pero lo que más me molesta es que tienes razón... —vuelvo a acercarme y ella retrocede una vez más. La veo fijamente a los ojos y suelto un suspiro— ...no puedo soportar no haberte besado. —las palabras finalmente escapan de mis labios y ya no hay vuelta atrás.

Jia suelta un jadeo y retrocede chocando con la mesa. No hay escapatoria, estamos extremadamente cerca y no estoy seguro de lo que pueda pasar.

Ella me ve sorprendida, pero al mismo tiempo con súplica, como si estuviera pidiendo algo, esperando algo... Bajo la mirada hacia sus labios y como si fuera a propósito, pasa su lengua sobre estos, humedeciéndolos.

Carajo.

Abandono cualquier tipo de autocontrol y me lanzo sobre ella estrellando nuestros labios.

Jia corresponde en menos de un segundo, soltando un suspiro involuntario, el cual se queda atrapado en mis labios. En respuesta, la tomo por las mejillas intensificando el beso volviéndolo más ansioso.

No puedo creer que finalmente estoy besándola, luego de mil intentos fallidos, por fin logré probar sus labios.

Cada maldito minuto valió la pena, no hay palabras para describir lo que estoy sintiendo en estos momentos. Si antes creía estar totalmente enamorado de Shin Jia, ahora con este beso, puedo decir que me tiene total e irrevocablemente a sus pies.

Minutos después nos separamos por la falta de aire, pero aún así mantenemos la misma posición. Abro los ojos y observo a Jia, sus párpados aún se encontraban cerrados y sus labios ligeramente entreabiertos respirando agitadamente. Pero lo que captó mi atención, fue ver estos llenos de pintura, pintura que yo le transferí con mis labios.

Trago saliva. Maldición.

Debo hacer algo antes de perder la cordura.

Ella abre sus ojos y se encuentra con mi mirada.

—Jia... yo...—suelto sin aliento, mi voz siendo prueba de lo afectado que me dejó el beso.

—Terminemos la competencia. —suelta de repente interrumpiéndome.

¿Qué?

Se aleja de mí, y yo solo puedo verla parado aquí como un tonto mientras recoge sus cosas dispuesta a irse.

Abre la puerta y agradezco que una de las empleadas del lugar se encontrara ahí, ya que así impidió que Jia escapara.

—Señorita. —dice esta— ¿Se encuentra bien? —pregunta con horror.

—Jia... —la vuelvo a llamar. Por el rabillo del ojo veo que la chica voltea en mi dirección, pero lo ignoro, mis ojos siguen puestos en Jia.

Ella continúa con su camino pasando al lado de la chica, ignorando mis llamados.

—¡Jia! —intento ir detrás de ella pero la trabajadora me detiene.

—Disculpe, estuvimos recibiendo quejas por el ruido, ¿podría bajar la voz?

—Sí, sí, lo siento, ya nos íbamos. —tomo mis cosas rápidamente— Gracias por todo, ¿cuánto es? Fueron dos horas, ¿verdad?

—No se preocupe, todo ya fue pagado.

Frunzo el ceño.

—¿Cómo?

—Un joven alto parecido a usted pagó por ustedes.

Ruedo los ojos. Wooseok.

•••

Al llegar a casa, veo a mi hermano acostado en el sofá viendo una película.

𝘕𝘰𝘵 𝘢 𝘛𝘺𝘱𝘪𝘤𝘢𝘭 𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘚𝘵𝘰𝘳𝘺 || Anton (RIIZE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora