Mañana tendremos un partido de baloncesto con el pueblo vecino, por lo que hoy mi equipo y yo habíamos hecho un gran entrenamiento.—Ahora os voy a decir cuál será nuestra estrategia y cómo nos repartiremos en el campo para poder ganar.
Dije y fui hacia la pequeña pizarra que teníamos para estas ocasiones. Empecé a explicar cómo nos repartiremos y atacaremos al equipo rival.
Al tener todo preparado y organizado cada uno se fue a sus casas a descansar para el gran día de mañana.
Tiago y yo nos despedimos de nuestros compañeros y fuimos en la misma dirección.
—Tío, ¿sabes quiénes están de vuelta en el pueblo?
No tenía ni idea de quién había vuelto, así que conteste sin interés alguno.
—¿Quién?
—¡Los Nunes! Me lo ha dicho mi madre.
Ah, se refería a los Nunes. Pensaba que eran otros los que habían vuelto.
—Ya lo sabía, me he encontrado a Karim.
Mientras revisaba el móvil me llegó un mensaje de un número que no tenía agregado. Deje de caminar para poder leer mejor el contenido.
"Hola, soy Karim. Este es mi número, agrégame, cuando puedas ven con nosotros para cenar y charlar. Es en el sitio de siempre, como en los viejos tiempos"
—¡Te lo encuentras y no me lo dices!
Tiago me miró indignado. Pero que iba a hacer, tarde o temprano se empezaría a correr el rumor. Sinceramente, no me gustaría ser el causante de ello.
—También se dice que la hermana pequeña de Karim y Amen es muy guapa, hay algunos que hasta la tienen de objetivo.
En cuanto la mencionó levante la mirada del teléfono para mirarle a la cara sin poder creer que ya había gente que le había echado el ojo encima.
—Pero si apenas ha llegado, ¿Cómo le han podido echar así de rápido el ojo?
—Así es la vida hermano.
Estábamos entrando en nuestro barrio, pero unas risas se escucharon cerca.
—¿Quién se ríe de esa forma a las once de la noche?
—No tengo la menor idea, pero estoy cansado. Encima, hay que madrugar para mañana.
Pasamos delante de la casa familiar de los Nunes en la que se notaban dos personas bajo un pequeño destello de luz.
—Zaid creo que traes a alguien loquita, ¿no crees?
—No inventes tonterías sin sentido.
Después de eso nos reímos y cada uno se fue a su respectiva casa. Hoy ha sido un día largo, aunque mañana lo será todavía más.
—¡Ya estoy en casa!
Deje las llaves en el pequeño mueble de la entrada, me quite las zapatillas y entre a la sala de estar.
—Lávate las manos hijo y ven a cenar. Ahora te traigo tu plato.
Fui hacia ella y la abracé, ella era la única persona a la que podía llamar figura paterna y materna.
—Abuela ve a descansar, es muy tarde.
—Primero cenas y luego tendré una charla contigo.
Me duche y rece. Al acabar fui a cenar al comedor donde me esperaba mi abuela y mis sobrinos.
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Nuestro océano |FEZ|
Teen FictionElla vuelve al pueblo de su padre para ver a su abuelo. Lo que ella no sabe es que será un verano inolvidable tanto para ella como para su familia.