Soulmate - Ryeji

34.

Luego de su ultima interacción, todo estuvo normal para Ryujin y Yeji.

En todo el día siguiente la pelirroja no pudo dejar de cuestionarse si es que Shin había estado enojada con ella o no. Antes Yeji había estado segura de eso, sin embargo, en sus clases Ryujin no actuó como si ella estuviera enojada. Ella se estaba comportando como siempre lo había hecho y no mostraba ningún indicio de haber estado molesta. Tanto en el recreo como en la clase las dos se la pasaron hablando tranquilamente al igual que siempre.

Todo esto confundió bastante a Yeji y la llevo a pensar que Ryujin simplemente había estado de mal humor el día anterior y que esa había sido la razón de su rabia. Por esto, Hwang decidió dejar de un lado al tema y enfocarse en otra cosas.

Ya llegado el sábado Yeji se iba a juntar con Lia y con Chaeryeong. En mucho tiempo no habían tenido la oportunidad de salir las tres solas debido a las nuevas incorporaciones del grupo así que iban a aprovechar que Yuna y Ryujin estaban ocupadas para poder juntarse como en los viejos tiempos. No es que ellas no quisieran juntarse con las Shin, mas bien que, de vez en cuando, querían estar solo ellas.

"¡Hola Jisu!" Saludó Hwang una vez contestó la llamada de su amiga.

"Estamos afuera Yej, te estamos esperando." Respondió Lia del otro lado de la llamada.

"Ahora salgo, dame 5." Dijo y cortó para luego ponerse sus zapatos, ir a su habitación a buscar su cartera y salir de la casa.

Entró al auto en el asiento del conductor y una vez cerró la puerta lo arrancó.

"¿Quién las trajo hasta acá?"

"Mi hermana. Se iba a la casa de una amiga suya que vive por acá cerca así que cuando estacionamos se bajó." Contestó Chaeryeong.

"Ah, Chaeyeon. No la veo hace mucho, ¿Cómo está?"

"Todo bien. Este año empezó la universidad. Está estudiando medicina." Contestó la pelirroja.

"Ah mira, está estudiando medicina. Me acuerdo que desde chiquitas que quiere ser medica." Respondió Yeji.

"Sí, siempre fue su sueño." Comentó Lia desde el asiento trasero del auto. 

Minutos después llegaron a su destino. Las tres se bajaron del auto y caminaron hasta la entrada del shopping. Una vez dentro, fueron al área donde se encontraba el cine y entraron. Iban a ir a ver un nuevo estreno. Las tres chicas estaban muy emocionadas por la película ya que era la secuela de una de sus películas favoritas.

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"¡Me encantó la película!" Exclamó Yeji una vez salieron de la sala de cine. 

"¡Sí! ¡Fue aún mejor que la anterior! Amé el final." Respondió Lia igual de emocionada que Hwang.

"Eso, en especial la parte en la que Judy descubre quién es el asesino." Comentó Chaeryeong. 

Luego de eso se la pasaron hablando de la película mientras daban vueltas por el shopping. Compraron algunas cosas y, cuando se cansaron, decidieron comer algo en el patio de comidas. Yeji comió tacos, Chaeryeong una hamburguesa con papas fritas y Lia rabioles.

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"¡Nos vemos chicas! A ti también Chaeyeon, fue bueno verte de nuevo." Se despidió Yeji al bajar del auto. Entró a su casa y se fue directo a su habitación. Se cambió, se lavó los dientes y se fue a dormir.

Ya al día siguiente, se levantó temprano para ir al colegio. Era lunes, lo que significaba que a la tarde tenía clase de canto con Ryujin.

No mucho después, Yeji se encontraba en la segunda clase del día, practicas del lenguaje. El timbre ya había tocado. Ella estaba juntando sus cosas para así poder ir al recreo cuando sintió como alguien agarraba su muñeca.

Yeji se sobresaltó y se dio la vuelta asustada, solo para encontrarse cara a cara con Ryujin. La mayor se ruborizó y dio un paso hacia atrás, alargando la distancia entre las dos.

"¿Qué pasó, Ryuddaeng?" Preguntó.

"Yeddeong, ¿Podemos hablar? Tengo que decirte algo importante." Habló la rubia. Por su expresión facial, parecía estar bastante nerviosa e inquieta. Ella estaba jugueteando con sus anillos.

Yeji apoyó una de sus manos en su hombro, la miró y habló.

"Está bien Ryuddaeng, puedes decirme lo que quieras, ¿sí? No tienes porque ponerte así, no te voy a juzgar."

"¿Podemos ir a algún otro lado? Es que es privado." Preguntó Ryujin.

"Claro, vamos." Las dos chicas se fueron del aula y caminaron hasta el patio trasero del colegio. Por algún motivo no había nadie ahí, ni siquiera Yuna, Lia y Chaeryeong, así que podían hablar libremente.

"Bien, ya estamos aquí. Ya puedes decirme lo que me querías decir." Habló la pelirroja una vez llegaron al patio. Luego de eso hubo un pequeño silencio en el que nadie dijo ni una sola palabra. Minutos después Shin por fin habló.

"Yeji, me gustas." Confesó Ryujin.

Al escuchar esas palabras, Yeji quedó estática. ¿Ella le gustaba a Ryujin? ¿A ella no le gustaba Beomgyu? ¿Desde cuándo le gustaba ella a Shin? 

"¿Q-Qué? ¿E-Esto es enserio?" Preguntó la mayor. Estaba atónita, no podía procesar la información. ¿De verdad le gustaba a Ryujin?

"Me gustas. Desde el primer día que te vi, cuando descubrimos que somos almas gemelas, me has gustado. Desde ese momento no he podido dejar de pensar en ti. Cada vez que estamos juntas siento mariposas en el estomago y se me acelera el corazón de tan solo mirarte. Soy la persona más feliz cuando estoy contigo Yeddeong. De verdad estoy enamorada de ti."

"Wow, Ryujin. Yo... No sé que decir. Nunca nadie me había dicho algo así." Dijo Yeji una vez Shin terminó de hablar. Ella se cubrió la cara con las manos para intentar cubrir su sonrojo.

"No tienes que decir nada Yeji. Ya sé que no te gustan las mujeres, solo quería poder sacarme esto del pecho. Lo siento si te molesté aún sabiendo que los sentimientos no son recíprocos." Habló Ryujin y sin más se dio la vuelta y se fue del patio. Yeji fue detrás de ella corriendo y la frenó.

"No, espera. Yo... Tú también me gustas, Ryuddaeng." Susurró la pelirroja.

"¿Qué?"

"También me gustas." Dijo de nuevo, está vez más alto.

"Yo... ¿Te gusto?" Preguntó Ryujin.

"Sí, me gustas." Repitió la mayor.

"¿Enserio? Yo..." Ryujin fue interrumpida cuando Yeji la abrazó. Se quedaron quietas en los brazos de la otra por unos momentos hasta que la menor habló.

"Yeji, ¿Puedo?"

"Sí."

Ryujin posó una de sus mano en la mejilla de Yeji, acariciándola levemente con el pulgar. Acercó su cara un poco más a la de la mayor y la besó.

De pronto, Yeji escuchó una voz y se despertó.