[Address Unknown]

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Episodio Uno: Aburrido.

Izuku Midoriya iba saliendo de su trabajo como programador de informática.

Estaba en su auto totalmente deprimido. Hace mucho tiempo que su vida se tornó blanco y negro.

Su madre murió de cáncer. Sus amigos ya no lo recordaban. Se casó con la chica que maltrataba al verdadero amor de su vida. Y por último, pero no menos importante, tenía cáncer de piel heredado de su madre.

Pero a diferencia de ella, él logro ser tratado a tiempo y se recuperó. Sin embargo, ahora ya no podía salir tanto a la luz del sol.

Su esposa, Nejire Hado, era una chica que lo amaba con locura. Literalmente hizo lo imposible para qué Izuku se recupere.

Si ella lo trataba tan bien... ¿Por qué Izuku la odia?

La respuesta es simple: Ella era una abusadora egocéntrica que lastimaba y humillaba a la primera novia de Izuku, Kyoka Jirou.

Kyoka sufrió tanto bullying y estrés que terminó por quitarse la vida.

Ésto abrió las puertas a Nejire para quedarse con Izuku.

A pesar de todo, Nejire hacía todo lo posible para que Izuku estuviera feliz. Realmente lo amaba. Pero era extremadamente celosa.

Ella lo metió a ése horrible trabajo como programador por qué en ése lugar no había gente que ella considerara peligrosa.

El día que Izuku se casó con ella fue el día más horrible de su vida. Tuvo que aguantar las ganas de llorar y correr lejos y gritar de la desesperación.

Y ni hablar de la luna de miel. Nejire fue la que más disfruto su noche de bodas, era un sueño hecho realidad para ella.

Para Izuku fue su sentencia de muerte. Se sentía ultrajado y consumiendo por un extraño sentimiento de vacío y falta de felicidad. Se sentía hueco.

En fin, Izuku dejó el auto estacionado y se acercó a la puerta para entrar con su esposa.

Al voltear vió a su vecino, un pequeño niño con una gorra roja con dos cuernos amarillos. Por alguna razón eran los únicos colores que Izuku podía ver entre todo el blanco y negro de su vida.

Izuku: ¿Qué sucede Kota?

Kota: No lo sé... Sinceramente esperaba que sucediera algo increíble.

Izuku soltó un suspiro y se dió la vuelta en dirección a su casa con un rostro apagado, no sin antes decirle al joven Kota:

Izuku: Yo también niño... Yo también.

Izuku Midoriya entró a la casa de su mujer, Nejire Midoriya, y pasaría otro día más en blanco y negro. Sería otro día aburrido.

[Final Del Capítulo].

Cortos Un Poco ImportantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora