CAPÍTULO 21

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NamJoon

¡¿Picazón?! ¿Solo nos hemos rascado la picazón? Este doncel no tiene ni idea. He estado en sequía durante... meses, desde antes de echar a Leo de mi casa. Sí, vale, está claro que necesitaba sexo, lo necesitaba desesperadamente, y aún sigo necesitándolo. Mi «picazón» todavía no se ha calmado. Por qué el impertinente enano saltarín de mi entrepierna solo se digna a mostrar interés cuando SeokJin está delante es un tema que no voy a investigar ahora. O... quizás sea porque es todo lo opuesto a Leo, y necesito alejarme de todo lo que me recuerde a él y la decepción que me causó, o tal vez es porque es la reencarnación del sueño erótico de cualquier adolescente, o porque representa el peligro que supone el estar marcado por el FBI. No lo sé, el caso es que todavía no he tenido suficiente. Quiero más, mucho más, porque estoy muy lejos de estar satisfecho.

Pero no voy a forzarlo, ni a obligarlo, porque sé que esta química que existe entre nosotros se encargará por sí sola de llevarnos a una cama de nuevo. Juntos somos una maldita explosión efervescente, como cuando juntas Coca-Cola y Mentos. ¿Que cómo lo sé? Porque tengo la suficiente experiencia con estas cosas como para tener una base sobre la que apoyarme. En toda mi vida, nunca he sentido esta necesidad de más, esta... quemazón en el cuerpo por seguir teniendo sexo hasta quedar exhausto. Cuando estamos juntos, el calor nos envuelve como si estuviésemos en el maldito infierno. Y cuando te quemas, solo puedes intentar apagar ese fuego con lo que puedas, o acabas convertido en cenizas. Solo hay una manera de acabar con esta atracción física, y es consumirla. Y como ocurre con los Mentos y la Coca-Cola, llega un momento en que la cosa pringosa esa ha salido de la botella y ya no queda nada. Y eso tenía que ocurrir también con nosotros, cuando la química se extinguiera, podríamos volver a la normalidad, pero no antes. SeokJin tenía que darse cuenta. Alejarse no era la solución, no de momento.

¡Maldita sea! Somos adultos, podemos simplemente follar y nada más, ¿verdad? Lo he estado haciendo así hasta ahora, y más o menos ha funcionado. Lo de Leo fue solo un error que SeokJin es demasiado inteligente como para cometer. ¡Espera!, ¿y si es eso lo que quiere evitar? ¿Y si piensa que puede caer en la misma zona que Leo? No, no, no, SeokJin es demasiado duro para eso, sabe demasiado bien dónde está la línea que no hay que pasar, y no lo hará, él no.

—¿No has decidido lo que quieres cenar?

—¿Eh? —¡Mierda! Esto de tener este tipo de conversaciones internas con uno mismo tiene sus consecuencias. Me he desconectado tanto de la realidad que no me he dado cuenta de que hay un tipo parado frente a nosotros, esperando con su anotador electrónico para tomar nuestro pedido.

—Eh, lo mismo que él.

—¿Estás seguro?

—Sí, claro. —El tipo se giró para ir a por nuestras cosas, y SeokJin aprovechó para inclinarse más cerca de mí.

—¿Estás bien?

—Sí, ¿por qué lo dices?

—Porque tú no eres de los que toma una ensalada y pescado hervido para cenar.

—Ah... bueno, no está de más probar eso alguna vez.

¡Joder, vaya mierda! No es que odie las ensaladas o el pescado hervido, mi madre nos enseñó a comer de todo, y en mi aprendizaje como Min aprendí a comer cualquier cosa que me diera fuerzas. Pero soy de esos tipos que cena algo más consistente, porque la noche suele ser larga y necesito tener las baterías de energía bien llenas. Aunque bien pensado, SeokJin y yo, durmiendo en la misma cama, sin perspectivas de tener sexo.... mejor tener las baterías en mínimos. Sin energía, no hay acción.



SeokJin

La única manera de no pensar en la noche que nos esperaba, era centrándome en el trabajo. Sí, eso siempre servía.

—¿Cómo va la investigación?

—Hemos encontrado más hombres de Medina en algunos de los otros negocios de la familia. Los hombres de YoonGi están recabando pruebas para entregarlos a la policía, y que se encargue de ellos.

—Suena bien. ¿Y Medina?

—En cuanto empiecen a caer sus chicos, se cabreará y seguro buscará otras maneras de meterse en nuestro territorio. No es de los que acepta un no como respuesta.

—Entonces las cosas pueden ponerse feas.

—Seguramente, pero estamos preparándonos para eso.

—¿Por eso quieres llevarme a un sitio seguro?

—Protegerte no es una opción, es indispensable.

—Sé dónde me he metido, NamJoon.

—Eso no es excusa para que no cuide de ti.

—Vale, Batman, pero no tienes que olvidar que yo no soy el chico al que hay que rescatar

del Joker, soy más como Nightwing, y que en esta ocasión trabajemos juntos, no implica que no sepa cuidarme solo.

—Nunca he dudado eso. Es más, no hubiese accedido a que hicieras esto de no estar convencido de ello.

—Bien.

Nuestro pedido llegó en aquel momento, y al ver la expresión de NamJoon cuando pusieron el plato frente a él, casi se me escapa una carcajada. Sí, vale, fue solo un micro segundo, pero puede verla. Le estaba bien por cabezota. Antes que reconocer que estaba distraído, era capaz de comer algo que no le entusiasmaba en lo más mínimo.

Después de cenar, Andrey nos condujo por los pasillos de personal del hotel, hasta llegar a la zona de seguridad, concretamente frente a las puertas de un ascensor privado. Permanecimos quietos y en silencio todo el trayecto, hasta que llegamos a una planta con una distribución muy diferente a lo que sería normal en un hotel. Parecía más bien una zona de oficinas o despachos, como esas que te encuentras en los bufetes de abogados antiguos. En vez de avanzar hacia allí, giramos hacia el otro lado, a una puerta que nos adentró en una zona más... personal.

Cuando vi la suite, no pude evitar apretar los dientes. Había una cama en el centro de la habitación, y aunque era enorme, era UNA SOLA cama. Tenía que haberlo supuesto.

—Si quieres darte una ducha, hay toallas limpias en el baño. Y seguro que puedo encontrar algo que puedas ponerte para dormir.

Bien, eso era algo. Las dos noches que NamJoon pasó conmigo, mi único pijama había sido su piel sobre la mía. ¡Vale, SeokJin, no pienses en esas cosas! Así no va a ser fácil mantener tu objetivo de nada de sexo con el jefe. Pero, es que nadie dijo que fuera a ser fácil. 

Min's Family (NJ) 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora