Los alumnos favoritos de Slughorn despertaron pronto aquella mañana. Algunos de ellos entusiasmados, y otros quizás no tanto, pero todos los convocados acudieron puntuales a la cita en el embarcadero.
Los Pevensie bajaron las escaleras desde el patio delantero con esa sensación de nerviosismo que tiene uno en el estómago cuando va a realizar algo importante. Sus ojeras eran la única pista que podía encontrarse en su cara acerca de la noche de planificación que habían pasado. La estrategia estaba lista. Cada uno se dividiría en una sección de la casa, intentando no ser detectado por el resto de los visitantes.
Los McLaggen no residían allí. Sería fácil deambular en una casa vacía.
O al menos, eso creían.
El sol se reflejaba ya en las aguas cuando Slughorn apareció, varios minutos más tarde de lo acordado, acompañado por Polly Plummer. La mujer se giró a sonreír a Lucy levemente, antes de que el profesor se pusiera a explicar el funcionamiento del traslador que usarían para ir hasta allá.
Peter era incapaz de prestar atención, pero la información clave quedó grabada en su cabeza. El objeto volvería a funcionar a las cinco en punto, hora a la que todos debían estar de vuelta en el hall principal de la casa. Nada podía distraerle. Al fin y al cabo, él se encargaría de llegar al estudio del profesor. El lugar más probable para encontrar algo.
- ¿Todo bien, Peter? – le preguntó Hermione cuando Slughorn terminó de hablar – pareces cansado ¿has dormido bien?
- Perfectamente – dijo – algo nervioso, nada más.
- Debe ser duro volver a la casa del profesor ¿no? – dijo ella con media sonrisa, mientras ponía durante un breve momento la mano en su espalda, antes de retirarla.
Peter no había pensado en eso. Entre tanta logística, estrategia y planes, no había entrado a pensar en lo que la mansión le haría sentir. Tristeza y nostalgia, seguramente. Mucho de ambos sentimientos.
- Le echo de menos – dijo, emocionándose más de lo que esperaba.
- Podrás con ello – dijo ella – y sino, a la vuelta, estamos cerca de tu roca de pensar.
Hermione señaló hacia la roca donde se habían reencontrado aquel curso, con una sonrisa. Peter no pudo evitar responder a su dulce expresión con otra similar, mientras se escapaba de él un pequeño suspiro, más audible de lo que esperaba.
La muchacha no obtuvo respuesta, ya que los alumnos comenzaron a avanzar hacia el traslador, separando a los dos Gryffindor.
El traslador era una bufanda multicolor bastante vieja. Pero era práctica, ya que permitía a todo el grupo tocar parte de la tela al mismo tiempo.
- ¿Estás preparado? – susurró Edmund a su lado.
- Siempre, hermano – dijo Peter, sonriendo, antes de susurrar – por Narnia...
- Y por Aslan.
La expresión de seguridad de Edmund fue lo último que Peter vio antes de que el mundo comenzara a girar a su alrededor. El suelo de roca desapareció bajo sus pies, y notó como levitaba antes de cerrar los ojos ante la sensación de velocidad. Tras varios ruidos y movimientos confusos, Peter volvió a mirar a su alrededor.
Siempre se le hacía extraño el uso del traslador. Todo se movía tan rápido, y tan despacio a la vez, y de alguna manera, nada podía separar su dedo de la bufanda. Estaba sujeto a ella.
Todo terminó con un crack. Sus pies tocaron el suelo de madera suavemente.
Miró a su alrededor, para observar la estancia, después de tanto tiempo. Estaba de nuevo en la Mansión Kirke.
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BEYOND TIME (ES)
FanfictionEn una búsqueda por encontrar una nueva y temible arma, El Señor Oscuro se adentra en territorios inexplorados, en busca de algo que le faltaba en su anterior reinado de terror. La Orden del Fénix sospecha que su enemigo ha tropezado con la existenc...