Mensajeando con mi ex

Volver a verte

Escritora..

Ahí se encontraba Milo en frente de esa cafetería, aquella que no había pisado en años desde ese día.

Allí pasó los mejores recuerdos de su vida y también pasó los más tristes, suspirando entró había llegado mucho antes que Camus.

Milo inspeccionó el lugar mirando las mesas y se sentó en la mesa donde Camus le gritó que ya no lo amaba dejándolo con el corazón destrozado.

Siguió esperando había pasado media hora y Camus no aparecía, decidió tomarse un café.

Camus lo había dejado plantado después de esperar una hora, justo cuando se disponía a pagar Camus apareció con Surt.

Camus empezó a buscar a Milo por todo el lugar y lo encontró en la mesa donde habían terminado.

—¿Milo?

Su voz, su hermosa y dulce voz, la reconocería en cualquier lugar, regresó a verlo, Camus se veía más hermoso que la última vez que lo vio, le sonrió al igual que a Surt.

—Hola Camus, Surt
—Wow Milo has cambiado mucho
—Lo mismo digo
—¿Cuentanos que ha sido de tu vida?
—No hay mucho que contar, mi vida se resume en simples palabras, trabajo, estudio y casa
—¿Que hay del amor?
Milo agachó su cabeza pues para él era doloroso saber que la persona que más amó en su vida se haya olvidado de él y bueno él no se había vuelto a enamorar.
—No tengo tiempo para enamorarme
—¿Tú, Milo Antares? El más popular de la escuela que las mujeres seguían como abejas a la miel estás sólo, no puedo creerlo

Milo le dirigió una mirada asesina por que Surt había sido el culpable de todo lo que había pasado, al final el había triunfado.

—Bueno tengo que irme...
—No, Milo quedate un poco más
—Lo siento, no puedo...

Milo se despidió de Camus dolido por todo lo que pasó, se dirigió a su casa para poder llorar agusto, sumiéndose en los recuerdos, en cada beso, cada caricia, las veces que Camus había gritado su nombre, los te amo pero todo, absolutamente todo fue una mentira, Milo pasó a los recuerdos tristes todo el plan de Surt y Camus no le creía nunca le creyó dejó que fuera feliz pensando que ya lo había superado pero ahora que lo volvió a ver ya no podía sacarlo de su cabeza.