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Tendríamos qué mudarnos a Hogwarts, la "mejor" y "famosa" institución de magos escondida en algún lugar del mundo.
Días anteriores una extraña lechuza de color marrón se presento frente a nuestro grupo junto a una nota en nombre del director, Albus Dumbledore, exigiendo de nuestra ayuda. Según Magnus, aquel pedido no era normal viniendo de un mago tan poderoso como decía que era este.
-Aubrey.- Grito Isabelle entrando en la habitación. La observe desde el suelo en donde me encontraba. Su extraña polera era ajustada y parecía asfixiada debido a la tela. Su chamarra era de cuero en conjunto con el pantalón y finalizaban en zapatos con tacón negro. Su cabello caía en forma de cascada sobre sus hombros y el mio solo se encontraba amarrado en una coleta debido a no encontrar el cepillo. - Magnus abrió el portal.
Eleve mi cabeza y observe a Isabelle, otra vez.
-Solo debo encontrar mi pulsera, ¿la has visto?- Gire y busque bajo la litera, envoltorios de caramelos y un papel con un número telefónico se vieron a simple vista pero nada similar a lo que buscaba. Suspire con frustración, diez minutos buscando era agotador y mas si el tiempo jugaba en mi contra.
-¿Aquella con el dije sin forma y rojo?
-La misma, y no es un dije sin forma, es la roca de la sabiduría y no posee una forma especial.
Isabelle resoplo y se acerco a mi maleta, abrio un pequeño cierre en su costado y saco mi brazalete. Brillaba tanto que simulaba estar riéndose de mi.
-Lo has dejado allí ayer, todo por miedo a perderlo.
Rápidamente me pare y bese su mejilla dejando rastro de mi labial allí. Ella busco mi muñeca y coloco la pulsera, dio dos palmadas sobre esta y se dirigió a la puerta limpiando su pómulo.
Junto a mi maleta, salí hacia el exterior del instituto. El jardín se encontraba lleno de cazadores de sombras que hablaban entre si, esperando junto a sus bolsos, mochilas y valijas.
Posicionados en fila uno a uno iban cruzando el portal. Magnus se encontraba junto a este y daba indicaciones de como debían cruzar sin perderse en el trayecto. Clary se dio vuelta encontrándose con nosotras y movió su mano como saludo, Jace sostenía su valija y poseía unos anteojos negros que ocultaban sus ojos mientras se encontraba serio ante la situación. No le agradaba mucho la idea de encontrarnos con los magos y mas de vivir con ellos por tiempo indeterminado.
-¿Y si nos odian? ¿Nos harán la estadía imposible? ¿Que tal si todo es una broma?.- Pregunto rápidamente dejándonos sin habla. Todos, incluyéndome, teníamos miedo. Miedo a lo nuevo y desconocido que se nos presentaba en esta situación. Los magos y cazadores nunca se habían cruzado o molestado, cada uno poseía su terreno y no se traspasaba salvo por problemas de suma importancia como este. Cuando Clary traspaso el portal, Jace la siguió detrás sin hablar en ningún momento con nosotros u otro cazador, realmente no le gustaba todo esto.
