𝟢𝟦 || 𝗅𝗎𝗌𝗍 𝖿𝗈𝗋 𝗅𝗂𝖿𝖾

242 11 0
                                    


04

04

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El viento frío acariciaba mi rostro mientras Nicholas y yo subíamos las colinas en su descapotable

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El viento frío acariciaba mi rostro mientras Nicholas y yo subíamos las colinas en su descapotable. Él no había querido decirme a dónde íbamos, lo que me ponía un poco nerviosa, pero había algo en su tono confiado que me hacía sentir segura. La ciudad comenzaba a quedarse atrás, y cuanto más nos alejábamos, más sentía que me adentraba en algo desconocido.

—Te va a encantar el lugar —me dijo, con esa seguridad suya que a veces me desconcertaba.

Lo miré de reojo, una sonrisa nerviosa se dibujó en mis labios. —¿Y qué te hace estar tan seguro?

Sin apartar la vista del camino, Nicholas sonrió, esa sonrisa que parecía guardar secretos. —Estos días he pensado que, desde que te conocí, siento que ya te conozco de toda la vida. Y cuando algo se siente tan natural, sabes que va a estar bien.

Sentí un calor extraño en el pecho al escuchar eso. No podía evitar bajar la mirada hacia mis manos, tratando de esconder la emoción que me provocaban sus palabras. La verdad es que él me hacía sentir de una manera que no había sentido en mucho tiempo, como si... encajara en algún lugar, aunque no quisiera admitirlo todavía.

—¿Puedes poner algo de música? —me pidió, rompiendo el silencio.

Saqué mi celular del bolso y, sin pensarlo mucho, busqué una canción que se ajustara al momento. "Lust for Life" de Lana Del Rey y The Weeknd comenzó a sonar. La melodía suave llenó el auto, y mientras la ciudad se alejaba, me sentí atrapada en una especie de burbuja, un mundo que existía solo para nosotros dos.

Las carreteras comenzaron a volverse más estrechas y oscuras, subiendo cada vez más. El camino parecía serpenteante, lleno de curvas y misterios. Miré a Nicholas, medio en broma y medio en serio.

—¿Estás llevándome a algún lugar descampado para matarme?

Soltó una carcajada, y ese sonido me hizo sentir un poco más relajada. —No, no podría hacerte eso... con lo mucho que me queda por descubrir de ti. —Hizo una pausa, sus ojos brillaron de manera cómplice antes de añadir—: Y alguien tan hermosa.

Sentí mis mejillas calentarse, pero intenté ocultarlo, girando mi rostro hacia la ventana. Las estrellas comenzaban a aparecer en el cielo, como pequeños destellos en la oscuridad. Me ayudaron a cambiar de tema.

—La noche está hermosa. —Levanté la vista al cielo—. ¿Ves esas dos estrellas? Son Pólux y Cástor, parte de la constelación de Géminis. Representan a dos hermanos en la era de Troya.

Nicholas siguió la dirección de mi mano, pareciendo genuinamente interesado. —Es increíble cómo los navegantes antiguos se guiaban con las estrellas. Siempre me ha parecido algo fascinante. ¿Cómo es que sabes tanto de esto?

Me mordí el labio, dudando si contarle. Había ciertas partes de mi vida que prefería no compartir, no todavía. —Cuando era niña, alguien me hablaba mucho sobre las estrellas. Me fascinaba cómo cada una tenía su historia, cómo algo tan lejano podía estar conectado con nuestras vidas.

Dejé que mi voz se apagara, sintiendo una ola de nostalgia que me golpeaba en el pecho. Era difícil no pensar en mi hermana. Aquella chica que me enseñaba sobre constelaciones, que se fue de casa apenas tuvo la oportunidad, alejándose de todo... de mí. No era el momento de contarle eso a Nicholas, todavía no.

—¿Estás bien? —me preguntó, notando mi cambio de ánimo.

Sacudí la cabeza para quitarme esos pensamientos de encima. —Sí, sólo me puse un poco nostálgica.

—Eso me gusta de ti —dijo Nicholas, mirándome de una forma que me hizo sentir expuesta—. Eres dulce y misteriosa. Cada vez que hablo contigo, siento que hay mil cosas que todavía no me has contado.

Sonreí, sintiendo un nudo en el estómago. —No eres el único que guarda secretos.

Seguimos el camino por unos minutos más hasta que finalmente llegamos a la cima de una colina. Lo que vi me dejó sin palabras. Estábamos junto al icónico cartel de Hollywood, y desde allí la vista de Los Ángeles era simplemente espectacular. Las luces de la ciudad parecían una alfombra de estrellas bajo nuestros pies, reflejando el cielo sobre nosotros.

—Wow... —susurré, sin poder apartar la mirada.

Nicholas salió del auto y me abrió la puerta, guiándome hacia las grandes letras. Nos sentamos juntos, nuestras espaldas apoyadas en la enorme "H". El aire fresco de la noche me rodeaba, pero no me importaba. Todo en ese momento se sentía perfecto.

—Este es mi lugar secreto —me dijo, su voz ahora más suave—. Cada vez que no lograba un papel en algún casting, venía aquí. Me hacía sentir como si estuviera en la cima del mundo, aunque estuviera completamente perdido.

Lo miré, sorprendida por su sinceridad. —¿Y por qué me trajiste aquí?

—Porque quiero que sientas lo mismo. Sé que te sientes perdida en esta ciudad, pero este lugar... te hace ver las cosas de otra manera. —Se inclinó hacia mí, sus ojos buscando los míos—. Así es como se siente estar en la cima.

Antes de que pudiera responder, Nicholas se inclinó y me besó. Fue un beso suave, lento, pero lleno de emoción. Me aferré a ese momento, queriendo que durara para siempre. Cuando me aparté, no pude evitar sonreír.

—Quiero quedarme así para siempre —le dije en voz baja—. Has llegado a ser muy importante para mí... No he sentido una conexión así con nadie desde hace mucho tiempo.

Nicholas sonrió, y en sus ojos vi un brillo de ternura que me hizo sentir aún más cerca de él. —Me siento halagado, Mia.

Nos tumbamos sobre el pasto, y él me invitó a acurrucarme sobre su pecho. Su brazo me rodeó, y apoyé la cabeza, escuchando el latido constante de su corazón. Sentí una paz que no había experimentado en años. Aunque sabía que había mucho en mi vida que aún estaba sin resolver, en ese momento, bajo las estrellas, todo parecía encajar perfectamente.

𝐖𝐈𝐓𝐇𝐎𝐔𝐓 𝐘𝐎𝐔 | nicholas alexander chavezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora