El Sirviente perfecto {Lector X Helluvaboss-Hazbin hotel}

~Zestial final~

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{Capítulo cortó}
Ahora estamos contigo avanzando cerca del lugar donde los overlords se reunian con la poca esperanza de encontrar a zestial
Avanzaste más y más y te quedaste ahí esperando sentado en un bote de basura

Tu: esperó que la reunión sea rápida 

{Pasaste ahí un día y una noche}

Tu: . . . . .

{En ese momento}
Viste como los overlords se acercaba a esos ascensores
Algunos solo te miraron y pasaron de largo
Bueno
Excepto una

Carmilla:¿(Tu nombre)?

Tu:*abres tus ojos* Buenos días , Señorita carmilla

Carmilla:No pensé verte muy pronto

Tu:Lamento si es una molestia verme

Carmilla:No es eso ,pensé que ibas de la ciudad

Tu:Estoy esperando a zestial

Camilla:¿Por qué ?

Zestial:*aparece* por qué le pude un favor

Carmilla:*voltea* Hola viejo amigo

Zestial: Carmilla *reverencia* Y bien *te mira*

Carmilla:¿Las tienes?

Tu:*sacas las almas*

Zestial:*toma las almas* Nada mal *se come las almas* increíble

Tu:Fue muy fácil

Carmilla:Te veré en la reunión zestial *avanza* adiós (tu nombre)

Tu:Señora

Zestial:Igual me retiro ,nos vemos joven Sirviente

Tu:Antes de que se valla ,quisiera hacerle una pregunta

Zestial:*te mira*

Tu:¿Usted cree que el infierno vale la pena que exista?

Zestial:*sonríe* Esa es una pregunta muy curiosa e interesante,pero la respuesta es demadio obvia ,mira todo esté lugar ,un lugar donde todos podemos hacer lo que queremos ,Los pecadores llegan pero en vez de castigarlos ,son libres ,No tienen que seguir las estúpidas reglas del mundo humano y el cielo ,además . . . . Que es hermoso ver cómo la gente suele sufrir pero mayormente no tienen consecuencias

Tu:*suspiro* entiendo ,gracias por dame una nueva perspectiva

Zestial:hasta pronto sirviente *se va*

Tu:.... realmente lo vale?....*bajas del bote de basura y te vas* . . . . . *Miras el cielo* . . . . Ahora que lo pienso . . . Ya que todos saben que estoy vivo. . . . Hay alguien con quién no e hablando y pedido disculpas *avanzas* sera un viaje largo . . . Pero solo ella falta