Eres la suerte de mi vida 4

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                                                                                      Capítulo 3

Era la hora de comer y llamé a Erik, quería saber si ahora podía quedar para tomar un café así su deuda quedaba pagada y no tendría que molestarme en saber nada más de él.

-Hola Erik, soy Clarissa, la chica de esta mañana.- dije sonando amable.

-Hola Clarissa, supongo que me llamabas por lo del café.- dijo él, su tono de voz sonaba mucho más amable que el tono de voz de esta mañana.

-Sí.- sonreí y me sentí como tonta, estaba sonriendo por un chico, pero tampoco sentía nada.

-¿Qué te parece si en vez de invitarte a un café, te invito a una comida? – preguntó él.

No contesté.

-Pasa de ser a una pregunta a una afirmación, te vienes a comer conmigo.- dijo él.

-Está bien.- dije.- ¿Dónde comemos?- pregunté.

-¿Recuerdas dónde nos hemos chocado? Pues quedamos ahí, desde ese sitio yo te guio al restaurante que por allí cerca hay uno muy bueno.

- Vale.- sonreí y colgué.

¿Tenía una cita con Erik Durm? No lo creía, no creía que le gustase.

Llegué al lugar donde habíamos quedado, allí ya estaba Erik. Al verme venir, una sonrisa se le dibujó en el rostro.

-Buenas Clarissa.- me dio dos besos en la mejilla.

-Hola.-sonreí mientras que miraba sus ojos azules.

Fuimos hasta el restaurante. Nos sentamos en la mesa que nos asignó el camarero.

-¿Cuántos años tienes?-preguntó Erik mientras que se sentaba en su silla.

-22-respondí sonriendo.

-Yo también tengo esa edad.-sonrió.

Tenía una sonrisa bonita. ¿Él pensaría que yo también tenía una sonrisa bonita?

-¿En qué trabajas?- preguntó Erik mientras comíamos.

Yo había pedido una ensalada y un solomillo con patatas. Erik había pedido una ensalada y pescado.

-Soy abogada.- dije sonriendo.

-No me lo habría imaginado.- dijo él asombrado.

-¿No tengo pinta de abogada?-pregunté.

-Para nada, tienes pinta de modelo.- sonrió.

Su sonrisa era deslumbrante.

¿Me acababa de lanzar un piropo?

-Supongo que gracias.- me sonrojé.

-Bueno, pues tu deuda ya está pagada.- sonreí.

-Pero me gustaría volver a quedar, me has caído muy bien, Clary.-él miró mis ojos verdes.

Yo miré sus ojos azules, hipnotizada de nuevo.

-No te tomes tantas confianzas, por el momento Clarissa.

- Está bien, te llamaré Clarissa.

Besó mi mejilla.

-Nos volveremos a ver.- me susurró al oído.

Mientras que Erik se iba, me guiñó un ojo.

Todo me resultaba tan raro, había sido tan amable conmigo y quería quedar de nuevo, pero no creía que tuviese esas intenciones. Pero el piropo... No, Clarissa, no le gustas, es Erik Durm no podrías gustarle ni aunque quisieras. Y no sé qué hago pensando si le gusto o no, si no me gusta.

Volví a casa y organicé todo para el día siguiente ya que tenía que ir a trabajar.

Caminaba despacio, respirando el aire de la ciudad de camino al trabajo, ya llevaba mi café en la mano, hoy iba con mucha antelación para que mi jefe viese que solo iba a ocurrir una vez.

Bebí un trago del café, giré la esquina en la que me había chocado con Erik y me detuve un momento en ella, me reí recordando el golpe y nuestra discusión.

-Así que parándote a recordar lo de ayer, eh.- dijo una voz grave a mi espalda.

Me giré y allí estaba Erik, firme y esbelto, la luz del sol le hacía brillar el pelo y le hacía el pelo mucho más claro de lo que era.

-¿Y tienes algún problema? ¿No puedo pararme a recordarlo?-pregunté.

-Según lo que acabas de hacer, diría que estás coladita por mi.-contestó él sonando arrogante.

-Oh vamos, no te pongas chulo, no estoy coladita por ti.- me giré y comencé a andar.

Mi trabajo estaba en la dirección contraria, pero prefería cruzar a la otra acera y seguir el camino hacia mi trabajo por allí antes que seguir hablando con Erik.

Una mano me agarró por el brazo, sabía que era él, no me hacía falta girarme.

-¿Me dejas seguir mi camino?-pregunté.

-Solo quería recordarte que a tu trabajo se va por el lado contrario.- su voz ahora sonó amable.

-Sé dónde está mi trabajo, voy todos los días, Erik.-me giré y vi sus ojos azules encima de mí, eran preciosos, había que reconocerlo.

Eres la suerte de mi vida #appleawardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora