41-Futuras Promesas

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*Iris*

Tenía los nervios a flor de piel mientras miraba por el ventanal a todos entrenar, aunque a quien yo quería ver no lo veía desde aquí aún.

Pablo estaba preparándose para saltar por primera vez a tocar balón.

Mi Pablo.

Después de seis largos meses, estaba volviendo a ser el mismo de siempre y yo me moría por saltar a sus brazos y decirle lo orgullosa que estaba de él y todo lo que lo quería.

Nunca había pasado por algo así.

Pensé que la muerte de mis padres y la enfermedad de Alice era lo que más me iba a doler en la vida, pero pensar en que estas engañando y haciendo daño a la persona que quieres duele muchísimo.

Gavi había conseguido entrar en todas las capas de mi piel hasta meterse en lo más profundo de mi, y eso era lo que más dolía.

Ojalá todo esto no hubiese empezado nunca. Nunca lo hubiese conocido, pero nunca le haría el daño que le iba a hacer con todo esto.

Suspiré mirando mi libreta y con el ordenador encendido mientras redactaba su documental.

Desde siempre quise esmerarme y que saliese perfecto, pero estos últimos meses lo estaba dejando perfecto. Para que aunque no le gustase el engaño tuviese el documental más bonito que nadie tuviese, era suyo de principio a fin y así iba a seguir hasta acabarlo.

Me levanté de nuevo del escritorio nerviosa para acercarme al ventanal, y vi que Albert se acercaba a él sonriendo con el balón en sus manos y Pablo sonreía como un niño. Como el niño que era. Mi niño.

Lo dejó en el suelo y le hizo una señal con la mano para que él tocase el balón con los pies, y lo hizo.

Empezó a dar picaditas, a saltar mientras trotaba con el balón entre sus piernas y yo sonreí como jamás imaginé que lo haría viendo a alguien con un balón.

Me escondí detrás de una de las columnas para que nadie me viese observarlo, estaba cagada después de las últimas amenazas que había recibido.

Estaba de mierda hasta el cuello y lo peor es que no sabía cómo salir de todo.

**Flashback**

-Buenos dias-dije sería cuando vi a Marisa y manu en mi despacho esa mañana.

Había recibido un correo de la primera indicándome que tenía una reunión con ellos esta mañana, y estaba con el susto en el cuerpo desde que lo había leído.

Solté mi bolso en una de las sillas mientras ellos también me daban los buenos días.

-¿Cómo va el documental?-me preguntó y yo tragué saliva.

-Bien, genial-les dije.

-Nos gustaría ver el contenido-me dijo Manu pidiéndome que tomase asiento frente a ellos y eso hice.

-Creía que hasta después de las vacaciones no se empezaba la edición, aun me gustaría hacer algunos retoques del borrador-les dije escueta.

-¿Retoques?-rió Marisa y yo asentí seria.

Me ponían tan nerviosa que me temblaba hasta el ojo.

Ella sacó una carpeta y me la entregó para que yo la abriese, y cuando lo hice me topé ni más ni menos que con mi contrato.

Con una de las clausulas subrayadas en fosforito.

"CLÁUSULA CUARTA: Relación Laboral
La relación entre La Alumna y El Club será exclusivamente laboral y profesional. No podrá surgir ni mantenerse ningún tipo de relación personal, afectiva o sentimental entre La Alumna y el jugador Gavi, o cualquier otro miembro del club. El incumplimiento de esta cláusula será causa de rescisión inmediata del contrato y a responder por la penalización por dimisión."

En Secreto-PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora