𝘾𝙡𝙤𝙨𝙚 𝙩𝙤 𝙮𝙤𝙪

𝟑𝟔 𝐓ú 𝐦𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚𝐬.

No dejaba de repetir su nombre, primero en voz baja, luego en un susurro desesperado que se perdía entre los ecos del lugar. Cada paso que daba parecía más pesado, más lento, como si el miedo me estuviera aplastando el pecho y la peor de todo era que todo había comenzado por mi culpa, una maldita escena de celos de los cuáles en su momento me sentía atrapado, sé que ya no debería preocuparme, todo estaba en mi maldita cabeza, la preocupación, el miedo a perderla por Gally todo había sido un juego de mi cabeza para jugarme en contra y ahora, no lograba encontrarla, no podía ver a mi niña y eso me hacía doler el pecho.

Me movía desesperado por todos lados, había un silencio total y lo único que podía alcanzar a oir era el sonido de las calles, me acerqué a una especie de pared asomando mi cabeza pero aún así, no lograba verla- Dónde estás niña..-Susurre en voz baja hacia mi mismo al no lograr verla en ningún lado.-Piensa Newt piensa..-Dije dos veces quedandome quieto un momento.-¿Dónde se podría esconder tu novia si no quisiera ver a nadie?..-Me calle a mi mismo al recordar algo, un detalle muy importante, para algunos será un estupidez pero para mí

Era un cierto grado de esperanza de poder tener una idea de en dónde ella podría estar.

Así que justamente eso fue lo que hice, camine rápidamente hacia dónde mi cabeza y corazón decían que tal vez ella podría estar, sentía el corazón en la mano, cada vez que veía los ojos de Emma cristalizarse sentía mi corazón pequeño, débil, mi único deber y responsabilidad como su pareja era cuidarla, protegerla y amarla, por lo que está situación me hacia sentir el corazón en la garganta, esa angustia se detuvo al momento en el que decidí frenar un momento al alcanzar a ver algo en el piso de un lugar, cerca de un gran espacio donde se alcanzaba a ver el gran muro de esa ciudad con las luces. Allí estaba ella, mi niña, sentada con sus piernas abrazadas mientras su cabeza se escondía entre sus piernas, no lograba ver su rostro pero podia sentir su respiración entre cortada, un recuerdo de la primera vez que la conocí vino a mi cabeza al verla de esta manera

Una coincidencia que hizo a mi corazón latir fuerte..

Escuchaba como pequeños sollozos salían de su boca, sin siquiera asomar su cara hacia ningún lugar, Emma era una mujer muy sensible, eso lo sabía bien, por eso mi culpa era aún mayor al verla así, sabía que solamente debía acercarme a ella así que eso fue lo que hice, igual que como todo lo nuestro había comenzado, me acerqué intentando no hacer ruido y me senté justamente a su lado, lo que la hace levantar la vista para luego bajarla de inmediato al darse cuenta de mi presencia.-Vete, quiero estar sola..-Su voz sonaba fría pero en el fondo yo sabía que ella no lo estaba diciendo de verdad, solo buscaba alejarme, cosa que no iba a conseguir de ninguna manera, así que opté por decir algo que sabía que ella entenderia de inmediato.-Lo sé, pero aún así sé que no estás bien, así que no intentes de echarme..-Mi voz sonó suave lo cuál captó su atención de inmediato, sabía que ella recordaría al igual que yo el momento en el que conectamos por primera vez, ví sus ojos iluminarse por un mini segundo para luego hacer un puchero y volver a esconderse entre sus piernas.-Déjame sola...-Soltó fuerte mientras su voz comenzaba a quebrarse de a poco pero yo me acerqué de inmediato y la rodeé con mis brazos mientras ambos estábamos sentados.-¡No me toques!.-Ella se movía intentando librarse de mi agarré pero a la vez sentía que en verdad no era lo que ella quería.-Llora, házlo.-La abrazaba con fuerza pero ella seguía moviéndose, aún así podía sentir que sus intentos eran débiles.-No quiero..-Sus ojos estaban llenos de lágrimas pero sus labios estaban apretados, conteniendo el momento de derrumbarse frente a mi a toda costa, asi que solamente apoyé de mi cabeza sobre la suya y dije lo único que quería hacer decirle en este momento.-Emma perdóname, de verdad perdóname mi niña..-Su cuerpo poco a poco comenzó a detenerse, ví sus ojos a través de su cabello apenas, su mirada era algo de rabia pero a la vez de tristeza.-No sabes cuánto me arrepiento de decir y hacerte sentir de esta manera.-Ella me veía fijó.-Fuí un imbécil.-Dije fuerte.-De verdad no quería decir nada de eso, estaba tan nublado por ese sentimiento de celos, de miedo a perderte que yo no supe cómo sobrellevar todas esas emociones.-Mis brazos la sujetaban con fuerza pero a la vez mis manos tiritaban del miedo y culpa.-Sé que fue muy inmaduro de mi parte y también sé que te hice daño y eso me rompe el corazón..-Hice una pausa mientras veía sus ojos fijos en los míos sin siquiera moverse.-No hay excusa para la manera en la que reaccioné, fue el miedo, no la desconfianza la que habló por mí pero eso no cambia el hecho de que te lastimé..-La voz seria de Emma me hizo levantar mis cejas.-No confías en mí.-Dijo serio