28. El rostro de la inseguridad

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Harry observó con atención cómo Louis salía de la fiesta, sus pasos decididos lo llevaban rápidamente hacia la puerta. Sintió un nudo en el estómago, una mezcla de preocupación y ganas de hablar con él. No pudo evitarlo; se apresuró a despedirse de Taylor, quien, al ver la urgencia en sus ojos, le dedicó una sonrisa comprensiva.

- No te preocupes, Harry. Sé que Louis es importante para ti. Ve, corre a alcanzarlo- dijo la rubia, casi sin pensarlo, mientras lo miraba con una mezcla de complicidad y entendimiento.

Harry asintió rápidamente, sin querer extender la conversación. En ese momento, su mente solo estaba centrada en alcanzar a Louis, en resolver la tensión que había quedado pendiente entre ellos. Sin mirar atrás, se dirigió al rincón donde se encontraban Liam y Zayn, charlando animadamente. La música aún retumbaba en el fondo, pero la escena frente a él parecía desacelerarse, como si el tiempo se estirara en torno a su decisión.

-¡Hola, chicos! -saludó de manera un tanto apresurada.- Perdón que los interrumpa, pero acabo de ver que Louis se fue. Pensé que tal vez tú sabías hacia dónde se dirige. Necesito hablar con él.

Zayn lo miró brevemente, antes de sonreír de forma enigmática, como si supiera exactamente lo que Harry necesitaba.

- Dijo que iría a casa. Quizás puedas alcanzarlo antes de que llegue- respondió Zayn con tono casual, pero con una chispa de comprensión en los ojos.

Harry sintió un alivio instantáneo, pero a la vez un leve temblor de nerviosismo. Había tanto por decir, tantas cosas que habían quedado en el aire. Miró a Liam, quien lo observaba con una mirada curiosa, pero también con la complicidad de alguien que había presenciado demasiados de esos momentos entre ellos.

- Te lo agradezco mucho, Zayn- dijo Harry, con una ligera sonrisa, sintiendo que todo lo que sucedía parecía encajar en su mente. -Liam, nos vemos mañana, hermano. Que sigan disfrutando de la fiesta.

-No te preocupes, Harry- respondió Liam, dándole una palmada en el hombro. -Ve con cuidado, y ojalá todo salga bien entre ustedes.

Harry asintió rápidamente, sin detenerse demasiado en las palabras. Ya no importaba lo que sucediera en la fiesta, en ese momento, solo pensaba en una cosa: alcanzar a Louis antes de que la distancia entre ellos se hiciera aún más grande. Con pasos rápidos, se dirigió hacia la salida, el bullicio de la fiesta quedando atrás mientras él caminaba hacia lo que, esperaba, fuera una conversación que llevaría su relación con Louis hacia un nuevo camino, o quizás, hacia un final.

Pero no quería pensar en eso ahora. Solo quería encontrarlo.

Rápidamente, Harry se adentró en su automóvil, cerró la puerta con rapidez y, al encender el motor, se dirigió sin pensarlo demasiado hacia la casa del castaño. Durante el trayecto, su mente estaba completamente agitada. Las palabras no dejaban de dar vueltas en su cabeza, pero ninguna parecía suficiente, ninguna parecía lo suficientemente adecuada para la situación. No sabía con exactitud qué decirle, cómo explicar lo que había sentido en esos últimos meses, las razones por las que había actuado como lo hizo. Sin embargo, había algo claro en su mente: necesitaba pedir disculpas. Era lo único que sabía con certeza, lo único que sentía que podía hacer para enmendar un poco el daño que había causado.

Cuando estuvo a punto de llegar al retorno que lo dejaría a tan solo 10 minutos de la casa de Louis, algo lo hizo frenar de golpe. En un parpadeo, un automóvil apareció frente a él, perdiendo el control y colisionando violentamente contra otro. El impacto fue tan fuerte que incluso el aire pareció quedar suspendido por un momento. Harry no pudo evitar frenar en seco, los frenos chillando mientras su corazón se aceleraba, el pánico llenando su pecho. Pasaron unos segundos hasta que sus ojos lograron enfocar la escena, y cuando vio el vehículo del castaño entre los dos coches destrozados, el miedo le heló la sangre.

Sinfonía de CorazonesTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang