(Narra Cristina)
Veinte diciembre. Gracias a la nieve hoy no tenemos instituto. Me visto y de accesorios me pongo una bufanda de lana blanca y un gorro del mismo color, cojo mi chaqueta azul gorda para no pasar frio. Y salgo. He quedado con Carol y Mario.
-Hola chicos.
-Hola-Saludan.
Luego comenzamos a caminar entre la nieve, ellos hablan animadamente mientras yo me mantengo al margen de la conversación. Miro al cielo y veo los copos caer.
Mañana es el último día de clases, eso significa que muy pronto vere a mis amigos y a mi novio, a mi perfecto novio.
-¿En qué piensas?-Me saca Mario de mis pensamientos.
-En él.-Sonrío como una tonta, una tonta completamente enamorada.
-Como se nota que estas enamorada-Dice Carol.
-¿Se nota?-Dice Mario-Yo no lo noto.
-Todos los chicos sois iguales no os dais cuenta en los pequeños detalles, como la sonrisa tonta que le sale cada vez que habla de él, como sus ojos empiezan a tomar un brillo especial, esos supiros que suelta... Todas esas cosas y muchas más indican que está enamorada.-Dice Carol segura de lo que dice.
-Pues no me he fijado.-Dice Mario.
Me río.
-Quiero conocerlo-Dice Carol dando saltos pequeños.
-Algún día.
-Cristina, me alegro de que seas feliz, pero como ese tío te haga daño, iré a por él y le matare ¿Entendido?-Dice Mario.
-Vale, pero eso no ocurrira. Me ama, y yo a él.
-Yo solo te aviso.
-Venga chicos, hagamos algo-Dice Carol ilusionada. Las dos comenzamos a dar vueltas con la lengua fuera para que los copos de nieve cayeran dentro de nuestra boca.
-Pareceís crías.-Dice Mario riendo.
-¡Es divertido!-Dice Carol.
La mañana la pasamos jugando con la nieve como los niños de cinco años, luego fuímos a un bar -que hacían los mejores chocolates con churros de la ciudad- y nos tomamos unos bien caliente, estaba tan bueno. Poco después decidimos irnos a casa.
Entro a mi casa, grito un "Ya estoy aquí" mientras me quito mi bufanda y mi gorro, cuando entro un poco más trade en calor saco mi abrigo. Me miro al espejo de la entrada. Mis mofletes están rojos al igual que mi nariz.
-Hola cariño-Dice mi madre.
-Hola mamá-Digo sonriente.
-Que contenta vienes. ¿Algún motivo especial?
-¡Es veinte! ¡Veinte de diciembre! Pronto vere a Ryan.
-¿Vendrá?
-¿Cómo que vendrá? ¡Iremos a casa de la abuela, claro esta!-Mi madre me mira fijamente.-¿No?
-Hija... No podemos ir...
-¿Qué? Mamá... Pero...
-Dile a Ryan que venga aquí.
-¡No puede!
-Pues lo siento, hasta verano no podras volver a verlo.
-¡Mamá le echo de menos quiero verlo!-Digo mientras lágrimas caen por mi cara. Ella me las limpia, yo le aparto la mano y subo de dos en dos las escaleras entro en mi cuarto y de un portazo la puerta se cierra, me tumbo boca abajo en mi cama. Lloro y lloro, sin tregua alguna. Mi móvil suena indicandome que me ha llegado un mensaje. Es de Ryan.
ESTÁS LEYENDO
Toda una vida a tu lado.
Teen FictionLa gente dice que los finales felices solo existen en los cuentos de hadas, pero tanto como Ryan, Cristina, Mary, Marc, Dani y Josh, no piensan eso, ellos saben que pueden ser los protagonistas de ese cuento con un final feliz. Ya han pasado cuatro...