Capitulo 16.

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La aldea de Konoha estaba sumida en un silencio profundo, roto únicamente por los pasos ligeros de Naruto Uzumaki, quien caminaba por las calles desiertas con las manos en los bolsillos y una expresión de cansancio en su rostro.

La reunión con Kakashi había sido más larga de lo esperado, y ahora el rubio deseaba una sola cosa: llegar a casa, tirarse en su cama y dormir hasta que el sol estuviera en lo alto. Pero claro, Naruto nunca había sido alguien con tanta suerte.

En todo el tiempo que duró la charla con su sensei apenas y prestó atención. Pero si escucho las partes interesantes.

Se reportaron apariciones de varias firmas desconocidas de chakra atravesando la barrera de la aldea.
También se envió un informe a las otras naciones pero todos negaron estár involucrados en tal falta.

Tres marcas distintas en horarios consecutivos, un patrón con diferencia de una hora entre ellos.

Algo le decía que se trataba de algo más... por alguna razón la intranquila sensación de que algo pasaría lo inundaba.

De todos modos ya tenía que regresar a casa.

Mientras se acercaba a su hogar, algo le golpeó la memoria como un kunai bien lanzado. Karin. La chica pelirroja que había conocido hacía unas horas y a quién, después de una serie de eventos tan extraños que ni él mismo lograba entender del todo, ahora estaba viviendo temporalmente bajo su techo.

Supuso que estaría dormida a estas horas… ¿o no? Sacudió la cabeza, intentando no pensar demasiado en ello.

A pasos más apresurados comenzó a recorrer el camino solitario. Mientras a su vez era observado por una figura desconocida que se ocultaba de su vista en el techo de un edificio cercano.

Los orbes de intenso color verde se pegaron directamente a la espalda del shinobi de la hoja. Con mechones rubios y su capa marrón siendo sacudida por la ligera brisa nocturna.

El desconocido saltó y desapareció en la nada.

Claro que lo sabía, nadie podría seguirlo sin que esté lo detectara con suma facilidad. Aún con todo en contra quiso al menos verlo de lejos. Un momento le era suficiente.

°

Naruto abrió la puerta con cuidado, intentando no hacer ruido. Pero, para su sorpresa, las luces de la sala estaban encendidas, y un aroma dulce llenaba el aire. Entrecerró los ojos, desconfiado.

—¿Karin? —llamó, dejando sus sandalias junto a la puerta.

Desde la cocina, una voz llena de una dulzura exagerada respondió casi de inmediato

—¡Naruto-kun! Bienvenido a casa~

Naruto parpadeó un par de veces. Karin apareció en el marco de la puerta, con un delantal que claramente no era suyo (¿ese no era el suyo...?), y una sonrisa que parecía demasiado amplia para ser genuina. Su cabello pelirrojo estaba perfectamente acomodado, y había algo en su mirada que lo hacía sentir… incómodo.

—¿Qué haces despierta a esta hora? —preguntó, cruzándose de brazos mientras la observaba con sospecha.

Karin se acercó, sosteniendo un plato con algo que *parecía* ser un pastel, aunque el rubio no estaba seguro de si sería comestible.

—No podía dormir, así que decidí cocinar algo para ti. ¡Debe haber sido una noche dura ¡Hokage-Sama!—dijo con un tono que intentaba ser adorable, pero que a Naruto le resultó más aterrador que otra cosa.

—Primero que nada, no soy Hokage todavía. Segundo… —Naruto frunció el ceño, señalando el pastel—. Eso no se ve muy… bueno.

—¡Hmpf! —Karin infló las mejillas, fingiendo estar ofendida—. Pues no lo comerás, entonces. Más para mí.

NARUKARIN - ¿QUE ESTOY CASADA CON QUIEN?Where stories live. Discover now