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[Cómo se conocieron]
Narradora!
Aún en mi cumpleaños debía ir al trabajo, aunque haya reservado ese día para mí y mi tortuga. Dijeron que pagarían el triple, y no me negaría con eso.
Era bartender en un prestigioso bar, donde solía ir gente famosa. El punto es que se generaba bastante dinero.
Me puse mi mejor vestido y acomodé mis rulos en un hermoso rodete, dejándome un par sueltos.
Una vez en el bar, me recibieron con mi paga y aclararon que sería la encargada de la barra del grupo de volley masculino Inarizaki. Oí hablar de ellos por mi hermano Azumane, pero en verdad nunca prestaba atención a lo que me contaba del equipo.
Preparé la barra, puse un par de bebidas en la heladera, y mientras llegaban los chicos preparaba las copas, las enjuagaba y limpiaba mínimamente tres veces hasta que llegara la gente que iba a atender.
– Hola muchachos, buenas noches. ¿Puedo ofrecerles algo de beber? Aquí tienen la carta y si quieren especificación de lo que contiene algún trago no duden en consultarme. Mi nombre es Lara y hoy estoy a su servicio.
Ofrecí mi trabajo de la mejor manera posible como hacía con todas las personas que atendía por noche.
Se acercó un muchacho de notables ojos verdes, acompañado de un chico peligris.
– ¿Qué les ofrezco esta noche, muchachos?
– Un manhattan y una piña colada, por favor. El manhattan para él-. Pidió el muchacho de ojos verdes, asentí y comencé a preparar los tragos mientras seguían llegando miembros del equipo.
– ¡Buenas noches! Luego un mojito para mí, por favor-. Miré al rubio que había llegado hace unos momentos y asentí. Él tomó asiento en la barra y esperaba, conversando con sus compañeros.
– Muy bien, para usted el manhattan y para ti la piña colada. Cualquier cosa me mantengo aquí-. Pasé los tragos a los muchachos y agarraron gustosos. Dejaron propina, y eso agradecía de ser bartender. Siempre dejaban buena propina, aunque el treinta por ciento vaya al bar, me quedaba con una buena cantidad.
– Ahora mismo preparo tu mojito, chico rubio. ¿Cuál es tu nombre?-. Hice el trago de memoria, era lo más consumido siempre y me acostumbré rápido.
– Soy Atsumu Miya, pero podría ser el amor de tu vida-. Se iba armando más alboroto, aunque Luka, amigo mío y guardaespaldas del lugar, se acercó y rodeó al miembro del Inarizaki.
– Tranquilo, ¿okey?- Creía que a cualquier persona asustaría el tamaño de Luka, era realmente gigante.
– No está molestando, ve a tu trabajo. Sé encargarme de este tipo de muchachos de todas formas. Gracias igual. Y aquí está tu trago, Miya.
Luka volvió a su sitio y el rubio bebió un gran sorbo.
– Tienes buena mano para los tragos, ¿hace cuánto trabajas aquí?- Alcanzó un billete al tarro de propinas, y aprovechando que no se había acercado nadie, decidí conversar con él.
– Comencé hace casi cuatro meses. Me llegó la información que ustedes son del equipo Inarizaki. ¿Cómo vas con eso?
Estaba apunto de hablar, pero otro miembro del equipo interrumpió.
– Perdón por mi atrevimiento, pero son muy parecidos, ¿no son hermanos o familiares?- Pregunté, seguía secando copas y limpiando la barra.
– Este idiota es mi hermano. Está tan idiotizado por ti, él nunca había tomado una sola gota de alcohol. Si ves, su vaso no está casi bajo-. Señaló, miré y sí, tenía razón.
– ¡Osamu, te llama Aran! Vete-. Me daba gracia ver cómo quería alejarlo. El peligris revoloteó el cabello de su hermano y fue con el recién nombrado.
Me pareció lindo, así que, ¿por qué no sacarle charla?
– Con que nunca probaste alcohol, eh. Has hecho una buena decisión, yo también empecé tomando mojitos.
Y así estuvimos toda la noche, hasta las casi seis de la mañana que terminó mi turno. Atsumu se ofreció a esperarme y acompañarme a mi casa, que estaba cerca del bar.
– No hacía falta que esperes, si apenas nos conocimos hace unas horas. ¿Tienes quien te lleve o vives cerca?- Lo miré mientras salía de detrás de la barra.
– Creo que tomé mucho, Lara. ¿Podré quedarme a dormir en tu casa? Prometo irme en cuanto me encuentre mejor-. Reí y lo llevé afuera del local.
– Demasiado pronto para eso. Vayamos a mi casa y llamas a un uber para que vaya a buscarte. Ya lo llamo, de hecho-. El pobre muchacho no daba más. Agradecí por él que mi casa estuviera a dos cuadras.
– Gracias por hacer esto, si apenas nos conocemos.
– ¿Podré darte mi número para mantenernos en contacto?- Sonrió una vez en la entrada de mi casa.
– Por supuesto. Ten, agéndate como gustes.
Luego de un par de minutos, tenía un nuevo contacto.
"Chico sexy del bar 💕💋 (Atsumu Miya) (7)"
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Hermanas necesito inspiración. Pongan de qué personaje quieren el próximo (pongo esto y no comenta nadie JAJAJAJAJAAJ)
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