Prólogo

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-Ten cuidado!- Le dije a la pequeña cuando resbalaba con el hielo. Ella jugaba pasivamente, le encantaba la nieve. Era privilegiada, había nacido con unos poderes que ni el más grande libro podía explicar; pero la perdería. La perdería y no podría hacer absolutamente nada a respecto. Pero yo debía dejarla ir por mi bien, por el bien de todos. La profecía decía que ella vencerá al enemigo, debo creerlo aunque no quiera. Ella me olvidará, ella olvidará a todos, ella será diferente. Pero volverá y nos salvará, debo de tener fe.

-Mamá.. que quieren esos hombres?- señalo angustiada.

-Tranquila pequeña, no debes preocuparte. Solo corre y ve al castillo, no mires atrás.- Le dije a mi hija.

-Te amo Mami- dijo la pequeña-Ten cuidado-era una niña muy inteligente.

-Yo también te amo-le di un beso en la mejilla.

Había un ejercito de enemigos que se avecinaba. Sería nuestro fin.Debía dejarla ir ahora. Yo no estaba preparada, ella era muy pequeña;pero debía salvarla.Necesitaba ir a un lugar donde no pudieran encontrarla. Jamás. No pude hacer otra cosa más que correr. Nuestro ejercito iba a combatir, pero sabía que no era suficiente.

Me adentré en el castillo y me encontré algunos sirvientes que acudían a mi alterados.

-Su majestad! Que hacemos?-decía uno-Está bien su alteza?- decía otro-

-Déjenme!-les grité

No pude evitarlo, estaba muy alterada y necesitaba proteger a la única persona que podría derrotarlos. Subí las escaleras y la vi. Estaba escondida bajo su cama, se veía muy asustada y confundida. Pero su rostro se tranquilizó cuando me vio.

-Mamá! Mamá!- dijo con alegría.

-Hola!!-le dije fingiendo alegría

-Podré quedarme?- dijo con esperanzas.

-Lo lamento corazón, me temo que tendrás que irte, pero no debes olvidar que te amo.-le dije con tristeza.

-Pero yo no quiero irme!- exclamó con unas cuantas lágrimas que odiaba ver.

-Lo sé, pero será por poco tiempo; ya verás que regresarás.- le mentí

-Me lo prometes?-dijo.

-Te lo prometo.- y seguidamente ella me abrazó.

Abrí el portal y ella entró, cuando se cerró empecé a llorar. Sabía que no la volvería a ver. Y ella jamás recordará nada.

Le dije adiós para siempre.

WinterWhere stories live. Discover now