Capítulo II

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Otra noche, en que las pesadillas se adueñaban de mi subconsciente; cada vez era peor, las pesadillas pasaban de muerte a una remota parte de mi infancia y luego me arrebataban de ahí, y me colocaban en una escena espantosa, donde no había ningún cielo azul, ni nubes flotando por cielo azulado,  nada de color, solo el sufrimiento, el llanto, las voces inaudibles a lo lejos.

Una noche, donde sentía una presión en el pecho, la garganta se me secaba y los labios entre abiertos. Era una parte de mi vida del que no podía tener salida.
Y la mayoría de veces se sentía fatal, parecía que las pesadillas se adueñaban de mi vida. No había escapatoria y todo parecía salirse de las manos.

Me recoste de nuevo en la cama, pero no era lo mismo. Sentía como los recuerdos primarios regresaban a mi cabeza, una leve punzada en las sienes, y sentía que me iba a explotar y no sabia como parar de pensar en aquellos sucesos que me persiguen día y noche.

Me levante, sin saber exactamente a donde; solo deseaba tranquilizarme. De todas formas , Zayn no estaba en casa. Aveces me formulaba preguntas en mi cabeza del porqué Zayn salía mucho de casa, ¿Que estará haciendo?, ¿A donde habrá ido?, ¿Porque sale tanto? ¿Porque a esas horas? Pero, a ciencia cierta eso era «Algo que no le convenía Saber» .

Zayn, se había vuelto frío, duro; su razonamiento se extendía y se creía el mayor siempre. Incluibe que: me llevara tres años de diferencia, tal parecía que se creyera mi padre. Y aunque aveces me hacia llorar por la simple razón de culparme por no estar en casa o por regañarme por cualquier cosa. Yo no obstante, también me había vuelto antipática, me la pasaba explorando a por el bosque. Hallando lugares que fueran más cómodos o reconfortantes que su propia casas que mas bien, eran vacía.

Había llegado a la cocina sin hacer ningún ruido, aunque aveces sabía que no había nadie en casa, prefería ocultarlo y hacer a la idea de que podría despertar a alguien
Y algunas veces me hacia pensar que estaba loca... no era del todo así.

Tomé agua despacio, provocando una gran sastifaccion después de tener la garganta seca. Dejé el vaso, y me encaminó con curiosidad al cuarto de Zayn. No lo había oído llegar después de dormirme que fue como a las once. Y quería verificar si ya había llegado.

Abrí lentamente la puerta de la habitación de mi hermano. Con dedos nerviosos toque la pared, en busca del interruptor de la luz; la luz se encendió y se revelo una habitación vacía y desordenada. La cama esta puesta. No había llegado.

Se pregunto. ¿Donde rayos estaba su hermano?, ¿Porqué tenia que salir tan tarde? , siempre recibía llamadas ocultas. Y solía contestar lejos de mi, y se iba. Después de la muerte de mis padre, Zayn se hizo responsable... Literalmente de todo, de mi, de el, de la casa, del dinero. Lo que entra y lo que sale...

Pensó, que seria mejor esperarlo. Total no tenia mas sueño, luego de las pesadillas tormentosas que había tenido, era mejor entretenerse en otra cosa, y la espera de su hermano por lo menos la impacientaba en hacerles tantas preguntas que ni se acordaría de que: Sus pesadillas sentaban mas y mas y que posiblemente cuando vuelva a posar cabeza volverían.

Encendió la televisión, para desviar la atención a sus revueltos pensamientos sobre : Muerte, pesadillas y hermanos que –misteriosamente– desaparecen.

Los canales publicitarios se colocaban sin dar ningún programa en especifico, no le asombraba ... Vivían limitados, Zayn no trabajaba y no podían costear los gastos de una casa. Por esa misma razón nunca se movieron de la pequeña cabaña que parecía ahogarlos con recuerdos, por la misma razon, ninguno de los dos hermanos Phillips permanecía en casa.

Lamentablemente, la idea de no pensar en «Catastofres» funcionaba muy bien, le volvían recuerdos. Momentos. Risas. Todo pasaba lento como si intentasen torturandola, matándola lenta y dolorosamente.
Recuerdos de su niñez, desde que aprendió a andar en bicicleta, hasta la visita de mis abuelos. Las risas, el compartir. Los juegos entre Zayn , mis primos y yo. Aunque la mayoría de veces Zayn tenia que Acoplarase a mis juegos y yo a los suyos. Al menos , en ese entonces eramos niños unidos y nos parecía bien... Hasta esa tarde.

Un golpe estrenduoso la saco de su campo de fortaleza, parecía voces... Pero posteriormente, ella sabía quien era.
Zayn.
Y en efecto, entro maldiciendo
¿Estaria borracho? «Penso».

—¿Zayn?– pregunte.
—Lucy...– dijo atropelladamente.
—¿Zayn, Estas borracho?– pregunte de nuevo
—Mmm...

Me levante, rápidamente... Entre la oscuridad y ruidos encendí la luz. El foco de luz, se extendió rápidamente revelando una mesa rota y Zayn en frente mirándome asustado; desde aquí se le podían ver los ojos de un color tenue de rojo. inyectados de alcohol.

—Ven aqui– le llame.
—Lucy ¿Porque no estas dormida?–
—Zayn...– ya estaba cansada de esto, y ya no quería solo hacer como si nada pasa cuando en realidad pasa de todo.
—responde– aumento el sonido de su voz.
— Porque no quiero.
—Mmm...
—¿Donde andabas?–
—Por ahí.
—¿A dónde? –pregunte.
— ¿No te cansas de preguntar?  No tengo que darte explicaciones nunca.
—¡Basta!, a parte que vienés borracho me gritas. No es justo Zayn...
—¿Justo?– escupió con desprecio, camino tambaleante hacia a mi, tropesando con los sofás.— ¡Que ingenua eres!
—Sabes que, vete al infierno Zayn. Al in.fi.er.no.– deletree muy bien mis palabras e incluso sin meditarlas me habían salido muy bien para la situación.

Corrí hasta mi habitación. Sintiendo las lágrimas que amenazaban con salir a chorros de mis ojos. Todo parecía estar mal; y no había forma de corroborar el hecho de que ya no se sentía ella misma. Incluso estaba realmente sola, Zayn no parecía el mismo, hermano protector y amoroso. Sus emociones se habían apagado junto con su alma, su esperanzas se habían derrumbado. Y a pesar, de que: Zayn esta noche no había dicho nada que la ofendiera fue la gota que derramo el vaso, y tenía razón ¡Que ingenua! Por no decir ¡Estupida!.

El pecho le dolía, como si tubiese algo atorado, Lo único que sentía era ganas de gritar y de llorar... Correr y llorar. Gritar, correr y llorar.

Se lanzo a la cama, luego de cerrar la puerta fuertemente, la cama chirrío y  ella soltó una correntada de lágrimas; estaba conteniendo lágrimas de tristeza, enojo incluso Amor. No sabia como se habían mezclado pero sabia el motivo de anticipo

Sus padres...

Mascaras [En Masiva edición]Where stories live. Discover now