Space Invader

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Una hermosa castaña iba camino a casa después de haber tenido una ardua jornada de trabajo en la escuela, con todos esos chiquillos mal criados que lo único que hacían era darle un dolor de cabeza a Qri. Bueno, su trabajo aún no finalizaba, pues debía revisar algunos exámenes de sus alumnos antes de ir a la cama.

Mientras caminaba por las desoladas veredas, comenzó a fantasear como de costumbre, pensando en su amada Eunjung, la sexy profesora de historia. Al llegar a aquella escuela sintió algún tipo de atracción por cierta pelinegra de labios tentadores, que a cualquiera enamoraba con su carismática personalidad.

- Qri, ya ven a la cama.¡Tengo frío! - La mencionada dejo su chaqueta de color blanco invierno a un lado de su cama y se lanzó en los brazos de su hermosa Eun.

- Amor, al fin... Te estaba esperando, me está dando frío. - Jihyun se mordió disimuladamente el labio inferior, pensando en como podía calentar a su novia. Se acercó a ella y comenzó a besarla apasionadamente, acariciando todo su cuerpo, llegando así a... ¡Guaff! ¡Guaff!

- ¿¡Que demonios!? Estupido perro, sal de aquí. - Intentaba alejar a aquel perro de apariencia parecida a un lobo, que jugueteaba con sus pies, mordiendolos despacio.

Qri cada vez estaba mas enojada, pues, primero la saco de su hermoso sueño y ahora no quería dejarla tranquila.

- Ya, dejame. - Dijo intentado corretearlo con su bolso, consiguiendo que el lindo perro solo lo mordiera y no quisiera pasárselo.

Qri lo tironiaba con todas sus fuerzas para que lo soltará, pero cuando el canino al fin lo había soltado, ella no pudo mantener el equilibrio y cayó de espaldas hacia atrás

- ¡Auch! - Se quejó en el suelo, mirando con el ceño fruncido al animal, quien la miraba inocentemente, agachando ambas orejas. Qri solo sonrió de lado y lo acarició con una mano. - No pareces callejero... ¿Te perdiste? - Observando el cuello del canino esperando encontrar un collar o algo que le diera alguna pista de donde era el perro.- Mhm... Odio los animales, pero contigo haré una excepción. Acompañame a casa -

Qri se puso de pie de mala gana y comenzó a caminar junto al perro camino a su casa.

Algo tenía diferente el animal, quizás eran sus extraños ojos rojizos, ya que se le hacía muy raro ver a un perro con esos ojos.

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Al llegar, Qri lo dejó en la sala, mientras ella le iba a buscar algo para comer.

- Escucha, tu te quedaras aquí hasta que regrese ¿entendiste, perro feo? - Dicho aquello fue a la cocina y le echó en un plató un poco de comida sobrante, que ya no comería.

Al regresar, el plato casi se le cae de las manos al ver a una pelinegra sentada donde ella había dejado al cachorro, tenia los ojos carmesíes que brillaban con la luz de la sala y estaba vestida con unos pantalones ajustados de color negro, y una camisa de leñador roja que le quedaba notablemente grande. Ese perro era una... ¿¡Chica!?

- ¿Q-Quien eres? ¿Q-Que haces aquí? ¿M-Me harás daño? - Preguntaba a esa mujer quien se puso de pie quedado alrededor de 4 centímetros mas alta que ella, miro la comida que Qri tenia en sus manos y una gran sonrisa se dibujo en sus labios.

- Soy el perro feo, como me dijiste... Bueno, me llamo Hyomin y tu me trajiste aquí, y no, no te haré daño. Ay, ya no hagas preguntas y dame la comida - Se la quitó a la desconcertada castaña y se sentó en el piso a comerla rápidamente, como si de eso dependiera su vida.

Qri la quedo mirando, intentando que su mente procesara todo lo qué había sucedido... ¿Como era posible que los hombres lobo fueran reales? Bueno, chicas lobo. Esa extraña mujer, luego de terminar su comida la miro ladeando el rostro sin entender porque la observaba de aquella manera.

- ¿Que? ¿Tengo cara de bicho raro o algo? - Intento mirarse a si misma, pero fue inútil, pues lo único que consiguió fue que sus ojos dolieran. Ya cansada de que la mirara se puso de pie y la quedo mirando a escasos centímetros.

- ¿Eres una loba o algo así? - Pudo sacar al fin su voz para preguntar aquello con un poco de temor. Esa chica tenia la personalidad de un niño de 7 años, por lo que se daba cuenta Qri.

- ¡Hibrida! Mitad demonio, mitad loba pero, ñeh, no es la gra... ¡Gato! - Con emoción fue corriendo detrás del gato que salio corriendo al ver a aquella chica de ojos dorados persiguiendolo, pero Qri la detuvo sujetándola de la cintura.

- ¡Quedate... Qu-Quieta! - Hyomin se dio media vuelta y la miro con una ceja alzada.

-¿¡Que demonios haces!?¡Sueltame! - Si algo odiaba la inmadura Hyomin era que la tomaran de la cintura, no por que le molestaba, simplemente por que no le gustaba. Qri la soltó con algo de miedo, ya que pensaba que la atacaría o algo así.

Hyomin soltó un suspiro y ordenó un poco su ropa mientras la miraba.

- Escucha, tu seras mi dueña desde ahora. - Aclaró la pelinegra sentándose en un sofá, observando maravillada toda la casa de su nueva "dueña".

- ¿¡Que!? Oye yo no seré ni tu dueña, ni tu ama, ni ninguna cosa... ¡O te vas de mi casa ahora o te saco con la escoba! - Aquello solo produjo que Hyomin se comenzará a reír como loca. La castaña sonaba como una señora de edad enojada por haberle roto un vidrio con una pelota.

- Buen chiste, pero querida... Tu eres mi humana y yo soy tu loba, quieras o no. - Qri se sentó a su lado de brazos cruzando mirándola fijamente.

- ¿Que hice para ser tu dueña? ¿Te invoque o algo? ¿Puedo deshacerme de ti? - Hyomin aplaudió con sutileza y le sonrió. Qri sólo frunció el ceño, esperando a que le respondiera.

- Al fin una buena pregunta. Verás, en el internado de inmortales nos dieron a cada uno un proyecto con un humano. Se debe hacer un informe sobre su comportamiento, sus gustos y esas cosas, y debo permanecer aquí al menos 4 o 5 meses. -

Qri solo se tapó la cara con ambas manos, pensando en como lidiaría con ese complicado asunto. Ya era tarde y le estaba dando sueño, así que se puso de pie y miro a la pelinegra.

- Mira, tu dormiras aquí... Supongo que te transformaras en perro o algo, no sé, tu arreglatelas. - Se dispuso a irse, pero Hyomin la detuvo tomándola del brazo.

- No voy a dormir aquí. - Se puso de pie y fue a la cama de la castaña y se acostó, sin esperar la autorización de su dueña. - Wow, qué cómodas son las camas de los humanos... Lo agregare a mi informe.-

- Sal de mi cama ahora ya... - Pero la híbrida simplemente la ignoro, lo que enojó mucho más a Qri. Tomo algunas almohadas y comenzó a golpearla con éstas. - ¡Dije que salieras!

- Ay, espera ¡deja de golpearme! ¡tiempo fuera! - Le hizo una seña con sus manos para que se detuviera, y así lo hizo Qri, que la quedó mirando confundida - Yo duermo en este lado de la cama y tu duermes en el otro, así de simple. No te voy a violar, no eres mi tipo - Dijo con simpleza, cubriéndo su cuerpo que estaba aún con ropa con las sábanas.

Qri soltó un suspiro, y se rindió. No quería otro dolor de cabeza, así que dispuesta a colocarse su pijama, se puso de pie y fue al baño para cambiarse. Al salir se acostó en su cama, rogando que esa chica no estuviera mañana.

Hyomin, sonrió maliciosamente y se acerco a su dueña, para rodear su cintura con sus brazos, provocando que la castaña se sonrojara y le diera un fuerte golpe en las manos.

- ¡No te atrevas a tocarme! Respeta mi estúpido espacio personal ¿¡Quieres!? - Se volvió a acomodar y cerro sus ojos dispuesta a dormirse, pero la risita de Hyomin la interrumpió. - ¿¡De que te ríes?

- Nada... -

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