Capítulo » 41

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Hola, sólo quiero pedir disculpas por este capítulo tan callampa (malo/aburrido), pero como dije en el anterior, es necesario para el desarrollo de lo que queda de historia. 

Ojalá (lo digo desde el fondo de mi corazón) igual les guste y voten... Ahora estoy trabajando en el próximo para ver si puedo reivindicarme jajaj.

+11 left.

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Melissa's POV.


Se suponía que al llegar a casa, después de visitar a Ernie, Zayn y yo nos sumiríamos en una seria conversación de pareja con respecto a 'algo' que jamás llegó a admitir. Por mi cabeza habían pasado cientos (quizás miles) de posibles temas de los que podría haber querido hablar, pero nada. No hizo ningún comentario al respecto. Más bien se dedicó a demostrarme su cariño de varias maneras y por largas horas.

Lo mismo ocurrió sábado y domingo. Era como si tocar el tema (o siquiera pensar en hacerlo) sacaba de sus casillas a Zayn y lo ponía molesto, me miraba mal o simplemente me ignoraba. De hecho el día domingo, en un momento de arrebato, me gritó que no quería contármelo, que ya me iba a enterar y que todo había sido por mi culpa. ¡Obviamente había quedado desentendida! No podía comprender qué rayos había ocurrido que lo tenía así.

Sin embargo, el día lunes se veía un poco más relajado. Llegamos al FBI juntos, entramos con nuestras manos unidas y al parecer todos podían percibir nuestras buenas vibras. Eso era lo que lograba un poco de cariñito en las mañanas.


—¡Melissa! —escuché un agudo grito a lo lejos. Moví mi cabeza intentando buscar al emisor y me encontré con Layla sonriendo—. ¡No te muevas de ahí!

—¿Quieres que te dé un momento a solas con tu amiga? —Zayn se colocó frente a mí, atrapó mi rostro entre sus manos y me dio un pequeño beso en mi nariz—. De todas formas, tengo que hablar con Liam ahora mismo.

—Está bien. —sonreí y quité un mechón rebelde de su frente—. Te veo después en las actividades.


Zayn no me dio una respuesta a aquello, se quedó simplemente en silencio, tensó su mandíbula y soltó un gran suspiro. Al final, y antes de darse media vuelta, intentó sonreír, pero todo lo que salió fue una mueca.

Me encogí de hombros y me enfoqué en Layla. Mi amiga era parte de ese 10% de mujeres embarazadas que, a pesar de tener casi tres meses, no demostraba ningún indicio de tener un pequeño ser creciendo dentro de sí. De hecho, estaba segura de que yo tenía un mayor peso que ella (gracias a Zayn había engordado cerca de tres kilos), eso no era justo.


Antes de siquiera decir algo, Layla me envolvió en un apretado y cálido abrazo. Besó mis mejillas varias veces y luego me miró directo a los ojos—: Lo siento mucho, Mel.

Fruncí el ceño sin entender—: ¿Por qué?, ¿Qué hiciste?

—Por no poder acompañarte el día del... Ya sabes, el... Funeral —apretó sus labios con pesar y miró el suelo.

—¡Lay! —sonreí ampliamente y la atraje hacia mis brazos de nuevo—. No te preocupes, ¿Sí? De todas formas aprecié esos mensajes de texto cargados de ánimo —me quedé un momento en silencio y puse una mano en su barriga—: ¿Cómo estás ahora?


El mismo día del funeral había recibido cerca de cuatro mensajes de Layla explicándome por qué no estaba en Miami acompañándome. Decía que había tenido una fea recaída en casa de los padres de Harry y se había desmayado. Habían tenido que llevarla rápidamente al hospital para descartar problemas en ella y en el bebé, y gracias a Dios, todo salió bien. Sólo había sido una baja de presión que, por estar embarazada, había resultado ser un triple más fuerte. Obviamente me preocupé y lo entendí, así que no había ningún tipo de resentimiento.

Eᴊᴇʀᴄᴇ ᴇʟ ᴄᴏɴᴛʀᴏʟ sᴏʙʀᴇ ᴍí || Z.MWhere stories live. Discover now