Amor de Papel.

363 22 9
                                    

Abby se encontraba en su habitación mirando por la ventana al patio de su casa, en su regazo tenía un libro sujeto con ambas manos, unas manos cálidas y suaves. Ella era una muchachita de 15 años que casi toda su vida había pasado encerrada en su habitación, no era porque estaba prisionera o algo parecido, la razón era por su delicada salud, si no era en su habitación estaba en un cuarto de hospital, pero ella definitivamente prefería su habitación ya que en ella podía hacer cosas que en el hospital no, cosas que amaba hacer como cantar, escuchar música y leer en voz alta. Abby era una jovencita de pelo negro largo, ojos azules marinos y de piel pálida como las sabanas de su cama, ella nunca ha asistido al colegio y por esa razón no tenía amigos además de que ¿a quién le gustaría ser amigo de una niña que se enfermaba fácilmente? La única persona cercana era su madre, quien la cuidaba con todo el amor del mundo y además de ella también tenía sus amigos fieles, los libros, y ella pensaba que no necesitaba nada más, ya que con las pequeñas cosas que tenía era feliz...aunque tenía un sueño, y aquel sueño era ver los arboles llorando las hojas del otoño y caminar entre ellos, pero como Abby se enfermaba más cada vez que salía, su madre y los doctores se lo negaron.

Un día cuando se encontraba releyendo unos de sus libros favoritos sintió un golpe en su ventana, ella se asustó y se acercó precavidamente a ella, cuando ya estuvo al frente corrió la cortina lentamente y pudo divisar una pelota en su patio, miro a todos lados para saber de dónde había salido, y cuando estuvo a punto de abrir la ventana, cosa que estaba prohibida, vio que alguien se asomaba por el muro, Abby se asustó y se escondió detrás de su closet , luego después de escuchar un sonido pesado Abby asustada pero curiosa volvió a mirar por la ventana y ahí vio a un chico alto de cabello castaño que recogía la pelota, Abby se quedó helada ya que jamás había visto a alguien en su patio y cuando las miradas de los dos se cruzaron esta sintió una extraña sensación en todo su cuerpo, cosa que la dejo más anonadada. El chico estaba igual que ella, no podía despegar su mirada de la chica del otro lado de la ventana, jamás había visto tanta belleza en otra persona que le dieron ganas de acercarse y hablarle, pero como se había metido en un lugar ajeno sin permiso se dio la vuelta y salió por donde había entrado anteriormente mientras que Abby al ver que él se retiraba se sobresaltó, corrió la cortina y se fue hasta su cama, con el corazón galopándole a mil.

Cuando su madre entro en la habitación llevándole el almuerzo, Abby se sintió nerviosa, no sabía si decirle o no que un extraño había entrado en su patio, lo pensó mientras comía su caldo caliente y decidió no decirle nada, era su secreto, era el único que tenía y además no sabía si lo volvería ver ya que lo que paso solo fue un accidente. "Si, solo un accidente", pensó.

A la mañana siguiente, Abby no despegaba la vista del patio, tenía la esperanza de volver a verlo, aunque ella sabía que eso era inútil ya que esas cosas solo pasan una vez y no se vuelven a repetir. Abby después de unos minutos suspiro y se dispuso a cerrar las cortinas pero sus acciones se detuvieron ya que vio que una pelota volvía a caer en su patio, ella la miro extrañada y luego se fijó que en lo alto del muro un chico escalaba y luego aterrizaba sin problemas en su patio. "Es él" pensó al reconocer el rostro del muchacho del día anterior, asustada se alejó unos pasos de la ventana pero el chico al ver esto con sus manos hizo unos movimientos y gestos de tranquilidad para ella, luego se acercó a la ventana y le hablo pero Abby no lo escucho ya que el vidrio de la ventana se tragaba toda la voz del chico. Abby ya sabiendo que no podía abrir la ventana se acercó rápidamente a su escritorio y tomo lápiz y un papel y comenzó a escribir.

—"¿Quién eres?" —Escribió ella en el papel y luego se lo mostro al extraño, su letra era muy linda y ordenada.

El muchacho un poco confuso la imito, de su bolso de colegio que tenía con el saco lápiz y papel.

Amor de Papel.Where stories live. Discover now