Capítulo 16.

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Gracias por los bellos comentarios a mis (también bellos) lectores de fanfiction y wattpad, especialmente a quienes se han pasado a curiosear por mi página de face. Sepan que ante cualquier duda o curiosidad pueden contactarme por allí.
Les agradezco por preocuparse por mi y enviarme buenos deseos, realmente lo valoro mucho, aún cuando debían odiarme por no actualizar. Estoy bastante mejor de animo, y el motivo de mis males parece ser el motivo de mis alegrias. A ver cuanto dura la alegria... (sé que quieren golpearme con Mjolnir y lo merezco jaja).
Empiezo esta semana a estudiar para ponerme al día con la facultad, así que como tendré menos tiempo no quería dejar de actualizar lo prometido. Este es un capitulo super largo comparado a lo habitual, y como he subido pronto, si se quejan les enviare un gigante de hielo (no valido por un Loki para las chicas) muajajajaja. Estuve adelantando capítulos, algunos casi del tramo final, así que son capis sueltos, y sólo llevo la mitad del próximo (todo para que vean que estuve trabajando en la historia).
Habiendo cumplido con los agradecimientos y contarles un poco de mi vida, no os torturo más y les presento el:

Disclaimer:

Los personajes de la siguiente Historia no me pertenecen, son propiedad exclusiva de Marvel Comics y Stan Lee, pero su trama es completamente mía. No autorizo la reproducción, ni la publicación de esta historia en otro sitio sin mi consentimiento, sea parcial o enteramente.

Capítulo 16.

Esa mañana cuando Sif despertó estaba más adormilada que de costumbre y su almohada se sentía tibia, firme y suave, con un suave aroma amaderado, masculino. Un lento latido llegó a sus oídos. Fue entonces que sus ojos se abrieron de golpe para encontrarse con que ese no era su cuarto, al que estaba habituada, sino unos aposentos más amplios y con otra decoración. La cama era bastante más grande, a pesar de que la suya era bien amplia, pero en ésta podrían entrar dos personas sin necesidad de tocarse... Había dormido tan profundo que casi lo olvida, pero sería imposible olvidar los acontecimientos del día anterior, los últimos recuerdos la hicieron ruborizarse. Sería mejor no profundizar en ello.

Quiso acomodarse pero algo se lo impedía: la mano de Loki reposaba firme en su cintura, irguió la cabeza. Loki tenía los ojos cerrados, dormía. Estaba despeinado y su rostro relajado. La almohada suave y perfumada no existía, pues al parecer había pasado la noche usando el pecho desnudo de Loki como almohada y su mano reposaba sobre él. Si alguien le hubiera dicho que tal cosa sucedería se hubiese reído a carcajadas, pero lo estaba viendo, lo estaba sintiendo. Sólo para asegurarse de que no era alguna especie de sueño, movió suavemente su mano sobre el torso de él, yendo desde el pecho hasta el abdomen, «Y pensar que es es tan delgado, y aún así tan firme.» Se removió de nuevo en su lugar, inquieta por el rumbo extraño de sus pensamientos, pero la mano que descansaba en su cintura se apretó y la voz varonil, amortiguada por el sueño la regañó:

—Sif, ¿No puedes dormir? Te mueves mucho. Todavía es temprano.— Se sobresaltó al oírlo «¿La habría visto tocándolo? Quizás se hubiese ofendido por su regaño, pero en ese momento estaba avergonzada por tocarlo descaradamente, por despertarlo, ¡Por despertarlo tocándolo! A pesar de que fuera por curiosidad.»

—Lo siento, sigue durmiendo-susurró.

—Mmmm.— Fue toda la respuesta que obtuvo de él y que su brazo la envolviera un poco más, «Seguramente esta dormido.» Obligándola a volver a su posición inicial para no despertarlo otra vez.

Y ahí estaba, no sólo en la misma cámara dormitorio, en la misma cama, sino también abrazada a aquel que alguna vez fue su enemigo por ser enemigo de Asgard, a quien nunca había tenido muy en cuenta más que por ser hermano de Thor, y con quien no había compartido más cercanía que la que se tiene en una reunión, una charla o una misión de batalla... Hasta ahora. Y estaba segura de que no podría dormirse otra vez, pero igual cerró los ojos. El lento latido de su corazón indicaba que dormía, un sonido relajante. «¿En que momento de la noche llegué a acomodarme sobre él? Lo más extraño es que lo haya permitido.»

El Dios del engaño y Lady Sif. ©Where stories live. Discover now