Capítulo II

1K 134 93
                                    


-Hey, dulzura. Dame ese ramo de gardenias.- escuchar que alguien pedía las flores favoritas de Cas me hizo un hoyo en el corazón.

Pero que esa voz me sonara tan familiar casi me mató. Salí del pasillo donde me encontraba y reconocí enseguida a esa persona. Di un paso, uno más y antes de que me diera cuenta de lo que estaba pasando mi boca estaba diciendo:

-Gabriel...- el hermano de Cas se giró como asustado y cuando me vio se puso pálido como un fantasma. Sus labios formaron una linea tensa.

-Dean.- susurró. Caminé lo que me faltaba para llegar a él y lo abracé como si no lo hubiera visto durante toda una guerra. Ni si quiera sabía por qué me sentía tan feliz de verlo, él siempre me estaba molestando y era de conocimiento público que nunca me cayó muy bien. Me separé de él sorprendido por mi propia explosión de cariño.

-¿Cómo has estado? Dios, hace tanto que no te veía...-hice una pausa y respiré.- ¿Has ido a Barcelona? ¿Has visto a Castiel?

Sus ojos se desviaron de mi rostro y lo que me indicó que algo andaba mal fue que no me estaba gastando ninguna broma.

¿O esta era la broma? Cuando levantó la vista sus ojos estaban tristes y... ¿culpables?

- Dean, intenté localizarte, de verdad que si. Llamé a todos mis conocidos en Los Angeles para que te lo dijeran. Llamé a Sammy pero a él tampoco lo encontré. Después me enteré de que te habías mudado y ya no supe que hacer, ya no pude hacer nada...-sus manos se habían aferrado a mis brazos casi con desesperación. Mi mente se había nublado bloqueando lo que me estaba diciendo. ¿Dónde estaba Castiel? ¿Dónde estaba mi Cass?- Lo siento mucho, Dean...

-¿Dónde está, Gabriel?- mi voz apenas estaba conteniendo el miedo que sentía.- Dímelo.

-Tengo que contártelo todo, Dean. No quiero que salgas y te... y hagas algo estúpido.

-¡¿Y qué demonios estas esperando?!- la gente que pasaba junto a nosotros se detenía con curiosidad, pero no podía importarme menos.

-Ok, tranquilízate, Dean...- hizo una pausa atravezándome con su mirada y no dijo nada hasta que mi respiración se calmó un poco.- Después de tres meses en Barcelona, Cassie se dio cuenta de que no podía vivir ahí, yo sabía que no era eso, era más bien que no podía vivir sin ti...- inevitablemente sonreí, al menos en esos tres meses no me olvidó- Así que le dijo a los presidentes de la junta directiva que quería regresar. Lucifer se puso como loco, pero Miguel lo apoyó. Regresó, pero Balthazar y yo nos la arreglamos para que le dieran la presidencia de la sede de aquí, en Chicago. Viajamos los tres y Anna nos esperaba para ir a celebrar. Esa primera noche...-Gabe parecía más nervioso y asustado.- Fuimos a un bar. Balth era el conductor designado así que no tomó una sola gota de alcohol. Cas sólo tomó unas copas y Anna y yo tal vez nos pasamos un poco. Igual que ese desgraciado...

-¿De qué...? ¿Gabe?

-Un idiota nos chocó. Del lado del copiloto. Donde iba Cas.

Si alguien estuviera en la parte más alta del rascacielos más alto y comenzara un terremoto de esos que tiran cosas y apagan las luces, probablemente sentiría una décima parte de lo que estaba sintiendo ahora. Gabriel se dio cuenta de que me estaba desvaneciendo de la conciencia y la fría cachetada que me dio en la cara sirvió para salvarme de eso.

-¡Maldita sea Dean! ¡Reacciona! ¡Castiel está vivo!- sus ojos estaban desesperados por que mostrara un poco de vida y lo único que logré fue rogarle que me dijera más.- Está en el hospital de St. Sebastián, aquí en Chicago.

-Tengo que verlo.

-Dean espera...- se había girado para recibir las flores de Cas y regresó conmigo.- Tengo que decirte algo más. Ha estado en coma por más de cinco meses. Eso es mucho. Los doctores están sopesando la posibilidad de desconectarlo del respirador.- otro golpe que me sacó el aire.

-¿Qué?

-Tranquilo. Padre no lo permitiría. Pero tienes que estar listo para ver a Cas. O... lo que queda de él.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Se sentía frío por todas partes. Y olía a medicamento. El cuarto 412 del hospital estaba a unos metros de mí y sentía pánico por cruzar esa puerta. Pero él me estaba jalando. El simple hecho de saber que detrás de ese trozo de madera estaba la persona a la que aún (y por siempre) consideraba el amor de mi vida me estaba impulsando para seguir caminando.

Así que tomé la perilla y abrí.

Justo en la pared de enfrente había una ventana con las persianas abiertas y conectado a un montón de máquinas estaba un hombre. O sólo sus sombras.

Caminé hasta quedar a lado de la cama y escuché como la puerta se cerraba detrás de mi. Gabriel me había entregado las flores que cuidadosamente puse en el mueble a su lado y ahora me estaba dando privacidad.

Castiel tenía los ojos cerrados y parecía sufrir incluso en ese estado. Su piel estaba pálida y los labios que normalmente se veían suaves estaban cuarteados y secos.

Me acerqué a la cama y me senté en una silla a su lado. Tomé su mano cuidadosamente, esperando que la apretara como siempre lo hacía. Pero no pasó nada.

Recordé que había una canción que siempre lograba despertarlo de buenas. Me aclaré la garganta mientras repasaba la letra en mi cabeza.

-Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan, para que no las puedas convertir en cristal.- mis mejillas se humedecieron y no podía controlar los nudos de mi garganta. Pero seguí cantando.- Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo, ojalá que la luna pueda salir sin ti...

Levanté mi cabeza esperando algo, pero las máquinas no hicieron nada. No hubo pitidos extraños ni milagrosos movimientos de dedos. Nada.

Apoyé mi cabeza en su costado y dejé que las lágrimas salieran libres, pidiéndole perdón por lo que estaba a punto de hacer.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

-Gabriel.- los ojos color miel me enfocaron en seguida.- No puedo estar aquí.- el hermano de Cas me miró y asintió suavemente.

-Entiendo.- contestó.-Sabía que el verlo en este estado iba a ser un golpe muy duro. Sabía que te afectaría.- me tomó del brazo y me dio unas palmaditas en la espalda.- Si despierta...

-No le digas que estuve aquí. Sólo... sólo espero que despierte.- una lágrima solitaria bajó por mi mejilla.

Caminé hacia el elevador despiediéndome una vez más de él.

-Dean.- giré el rostro para ver a su hermano mayor.- Te irás de nuevo, ¿cierto?

-San Fransisco parece un buen lugar.- contesté.

Cuando llegué al vestíbulo me hice plenamente conciente de algo. Con cada segundo que pasaba Castiel se iba gastando más y las nuevas gardenias en su cuarto, se marchitarían.

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

Hola :)

Comenten si les gustó el nuevo capítulo. Ya estoy trabajando en el siguiente :3

Nos leemos pronto.

Deanna.

GardeniasWhere stories live. Discover now