[PietroxReader] Oneshots de Pietro Maximoff.

No solo correr.

Ya saben que va aquí, así que... Dejare de ponerlo.

Advertencia: alto amor.
Cambios: He cambiado la forma de narración, y ahora tú narras.

Aquí íbamos otra vez, con las noches melancólicas en las que no me podía concentrar en el libro que mis manos agarraban con firmeza. Maldije todo a mi alrededor y traté de respirar, mi padre. El maldito genio Stark llevaba 2 semanas en una misión que desconocía, porque es clasificado. ¡¡CLASIFICADO MIS CALZONES!! Soy su hija, debía saber que demonios hacía.

"Jarvis..." Musité. "Se que esta en contra de tu protocolo, pero, mi padre, no puede comunicarse contigo en este momento, la agente Romanoff me ha pedido que me des informes de la misión."

Pasaron unos segundos para que Jarvis me contestase. Aun con los arreglos que había recibido después de la terrorífica era de Ultron, mi padre había hecho lo imposible por arreglar a su increíble compañero electronico.

"Lo siento, señorita Stark. Su padre me ha dado ordenes estrictas de ocultarle información."

"¡¡DEMONIOS!!" Grité, sintiendo mis ojos ojos cansados.

Nunca fui una buena hija, pero si me preocupaba por él. Después de todo, era mi padre. Y aunque siempre actuó mas como un amigo que como un verdadero padre, hace poco empezó con su deber de padre y no me gustaría perderlo cuando empezamos a formar un vinculo.

Los sollozos que salían de mis labios cada vez mas fuertes, sin importar quien escuchaba y quien no. Una ráfaga conocida inundó mi alrededor, y limpié las lagrimas que recorrían mis mejillas, luego, acomodé mi (c/d/p) cabellera.

"____" Dice Pietro, para luego sentarse a mi lado, en la cama. "¿Qué paso? ¿Fue la llamada?"

Y de solo pensar que la llamada llegara, mas ganas de llorar. Pietro me abraza y me hace sentir protegida, porque en sus brazos, todo es zona segura, y a pesar de todo. Se que nunca me pasaría nada si estoy a su lado. Siento el poder recorrer mis venas y todo es mas pacifico. Pietro a mi lado siempre era alguien de pocas palabras, porque, cuando estábamos juntos, las palabras sobraban y todo lo que necesitaba era su presencia para ser yo.

"No, no es la llamada." Afirmé, logrando el se tranquilizara. Mi padre, después de los meses de convivencia había logrado ocupar un lugar en su corazón, y se había dado cuenta de que no era malo. Solo torpe.

Minutos mas tarde, sin darme cuenta, nos encontrábamos acostados, y sus piernas y brazos enrollaban mi cuerpo. Y sus labios, besaban mi frente cada minuto.

"Gracias por todo." Musitó en su oído.

"No solo correr es algo que haga bien, moy printsessa* "

Caí en un sueño profundo, donde lo único que podía controlarme, era su mirada azulada.